Andrés Felipe Orjuela es un joven artista colombiano de 27 años radicado en la Ciudad de México. Su obra de Arte Contemporáneo explora el fenómeno de la violencia mediática y su repercusión social en países como México.

Andrés es maestro en Artes Plásticas y Visuales por la Universidad Nacional de Colombia,  realizó la maestría en Artes Visuales en la Universidad Nacional Autónoma de México y actualmente tramita el doctorado en esa misma institución. Su trabajo se ha exhibido en Galerías y muestras internacionales como Visible Invisibilización, que tendrá lugar en la ciudad de Querétaro del 15 de Agosto al 15 de Noviembre del año en curso.

Trabajar con temas tan fuertes no es algo grato para ningún artista. Manipular esa materia dispuesta tiene un costo personal para cualquier persona, sin embargo existe una oportunidad de que el arte logre conectar con una fibra sensible en el público y provoque una reacción positiva. A propósito de su participación en dicha muestra, contactamos a Andrés para conocer las sensaciones que su obra despierta en el público y la forma tan especial en que aborda el tema de la violencia.

Llevas varios años trabajando en nuestro país. ¿Cuáles son las similitudes y diferencias que encuentras entre México y Colombia?

Llegué a México hace 5 años para cursar la maestría en Arte Contemporáneo en la UNAM. Vine aquí para llenar un vacío artístico a nivel de oficio, aunque curiosamente mi tesis terminó siendo más teórica. Se trata de una investigación en torno a la difusión mediática de la narcoviolencia en México que se titula: «La decapitación como forma simbólica y su presencia en el imaginario visual contemporáneo, análisis de la narco violencia en México y su difusión mediática».



Y es que en Colombia, que es un país con 60 años de guerras y que fue conocido en los ochentas por ser súper violento, no existe la nota roja. Los niveles de violencia mediática que existen en México no se ven en Colombia, yo no recuerdo haber crecido viendo muertos.

A partir de mi investigación encontré ciertos rasgos del género en la década de los cuarenta documentados en el libro «Matar, Rematar y Contramatar» de la antropóloga colombiana María Victoria Uribe. Curiosamente, a partir de que se agudizó el tema de la violencia en Colombia desapareció la nota roja, porque la noticia no generaba adeptos, la gente sencillamente ya no quería ver más muertos de los que aparecían en las calles. Además se firmó un acuerdo social en 1995 de discreción en los medios para no publicar imágenes fuertes, de manera que  si había que publicarlas se hacía solo con detalles y en blanco y negro.

Mi hermana es editora de un canal de televisión en Colombia, recuerdo que cuando ocurrió el asesinato de Arturo Beltrán Leiva y se difundió la imagen del cuerpo con los billetes encima, en Colombia sólo se publicaron imágenes del operativo y un detalle del pie del cuerpo. En cambio en México, la foto del cuerpo ensangrentado -que fue una imagen totalmente fabricada- se publicó en todos los periódicos y canales de televisión.

 

 

¿Esa difusión mediática de la violencia en México fue lo que te llevó a colaborar con la revista Alarma?

Es un tema delicado, yo por ser extranjero no puedo tocar temas de política interna, me pueden sacar del país por el artículo 33 de la Constitución mexicana, es por eso que mi trabajo siempre ha estado al filo de la navaja. Recuerdo que el primer evento fuerte de narcoviolencia que viví en México fue el tema de los 12 decapitados que aparecieron en Yucatán. Me sorprendió mucho que esas imágenes se mostraran de forma masiva en las portadas de los diarios y en los noticieros de tv, me impactó el tema de insensibilidad que se sufre en México porque si te pones a pensar, consumir ese contenido todos los días es brutal.

A partir de ese tema comencé a documentarme y me recomendaron que buscara la revista Alarma. Recuerdo que la primera vez que compré una revista Alarma fue afuera de la estación del metro Ermita y curiosamente me la vendió una niña de 4 años que trabaja en el expendio con su mamá. Fue una imagen muy fuerte porque la portada de la revista que me dio la niña mostraba la foto de una mano cercenada.

Un año después encontré en la tienda de un anticuario un pasquín con imágenes de José Guadalupe Posada. Fue muy curioso darme cuenta de la relación tan lógica entre Posada y la revista Alarma, porque ambas presentaban las imágenes de muertos con textos picarescos.

 

 

De esa relación surgió la serie de ALARMA que consiste en sustituir las imágenes reales de gente mutilada y ejecutada con stickers de calaveritas ilustradas al estilo de Posada que en cierto sentido son imágenes lúdicas. Con esas piezas quise hacer reflexionar al espectador sobre el hecho de que debajo de esa carita feliz había una cabeza real de una persona. Ahí viene el espacio de reflexión con el espectador en el que mi obra le pregunta: ¿Quieres ver la cabeza del cadáver? ¿Por qué quieres verla?

 

 

En mi investigación encontré que la revista acaba de cumplir 50 años (el primer número apareció el 17 de abril de 1963) y curiosamente, para el día de muertos del año pasado larevista me invitó a colaborar con una pieza de arte contemporáneo. Lo que hice fue incluir en las páginas centrales (donde usualmente aparece la foto de una chica desnuda) la imagen de una calavera a manera de máscara con la invitación a la gente a enviar fotos usando la máscara. Si lees la obra, el tema de la censura con los stickers sobre las fotos, culminaba con una especie de censura del propio espectador usando la máscara.

 

Es muy representativo que la revista Alarma haya perdurado por tantos años en el medio editorial mexicano. También lo es el hecho de que actualmente, el mercado este sobre saturado por otros diarios de nota roja ¿Qué crees que represente ese fenómeno?

Creo que fue Carlos Monsiváis el que dijo que esas revistas funcionaban porque: «Ver que alguien esta más jodido que tu, de alguna forma te hace sentir mejor». Eso funciona en la lógica social, lo que es sorprendente es que publicaciones como Alarma, en 50 años de historia jamás han sido demandados por publicar imágenes de los restos de personas sin el consentimiento de sus familiares.

Es muy curioso, porque ese tratamiento mediático que caracteriza a gente como los narcos, que descuartizan cuerpos, decapitan y les ponen lentes o mensajes, también es replicada por el gobierno con puestas en escena de los operativos en los que los capturan o asesinan. Todo eso para beneplácito de los periódicos, esa practica  de alguna forma genera que el problema siga creciendo.

¿Cómo puede ayudar el arte a resolver problemas como la violencia?

Yo pienso es que el arte puede generar en el espectador un punto de reflexión, un punto de encuentro con el otro y  en el caso de la violencia ese otro es el desaparecido, la víctima, la persona que fue violentada. Cuando confrontas al público con una pieza que le dice: «Mira lo que esta pasando, esto es lo que esta ocurriendo y tu tienes la culpa», de alguna forma generas una reacción a nivel personal

Y es que el hecho de no comprar publicaciones de nota roja no te deja de hacer partícipe de esos niveles de violencia. Entonces, cuando presentas una pieza en la que censuras las fotos de una revista Alarma estas generando un nivel de conciencia en el que el espectador se cuestiona ¿Por qué estoy consumiendo imágenes que muestran el desmembramiento de una persona?

Yo creo que la función del arte contemporáneo en este tipo de temas es la invitación al público a entrar en la subjetividad del artista y cuestionar la conducta social.

¿En que consiste la pieza con la que participas en la muestra Visible Invisibilización?

La pieza tiene que ver un poco con lo que hice con el proyecto de la revista Alarma. Aunque mis piezas abordan el tema de la violencia, mis obras no muestran cadáveres directamente a no ser que tú los quieras ver, es ahí donde esta el nivel de reflexión.

La obra surge al imaginar cuántas víctimas aparecen por número en cada una de las publicaciones de nota roja en el diario La Prensa. Entonces, la pieza consiste en extraer todas las fotos publicadas donde aparece una víctima para obtener un pequeño detalle de la sangre y una breve ficha con los datos de la persona.

En un mes aparecieron 708 muestras de personas muertas en el diario La Prensa. Entonces, aquí viene de nuevo otro nivel de cuestionamiento para el lector: En un mes viste 708 muertos, ¿Te parece correcto?

Para Visible Invisibilización voy a exhibir un muestrario con las 52 revistas que publica en un año la revista Alarma. Sacando el consolidado, van a salir 948 muestras de personas asesinadas. Ha sido una labor de investigación muy intensa, porque vamos a presentar en la muestra una línea de horizonte que va a medir más de 24 metros en línea directa. La idea es dar cuenta de la dimensión de todos esas victimas.

¿Qué implica a nivel personal trabajar con esta clase de temas?  ¿Qué costo tiene a nivel emocional?

Para ser honestos, ver muertos todo el tiempo no es nada sano, llegas a alcanzar unos niveles de saturación realmente alarmantes.

Trabajar estos temas es muy fuerte, creo que la pieza emocionalmente más dura de realizar es Psicophonia Goliath, una serie de videos que hice en 2010 que habla de la difusión mediática de la violencia en medios como youtube, donde puedes encontrar cosas fuertísimas, como interrogatorios, desmembramientos y ejecuciones que realizan los narcotraficantes para causar miedo a sus rivales.

 

 

 

La pieza consiste en tomar uno de esos videos y censurar la imagen con un cuadro negro. Sin embargo, mi pieza conserva el audio y una transcripción subtitulada de los dialogos. Aunque no aparece a cuadro, literalmente puedes escuchar el momento en que matan a una persona. En el video aparece también una cuenta regresiva que indica el tiempo que le queda de vida a esa víctima. Lo brutal de ese video, (que sigue en youtube porque no infringe sus políticas de publicación) es que lleva ya más de 54 reproducciones. Es decir, han vuelto a matar a esa persona más de 50 veces.

La obra es muy pesada, porque al anular la imagen tu formas en tu cabeza la imagen de la ejecución a partir de los diálogos, la cuenta regresiva y los audios. Yo siempre digo que para mi esa ha sido la pieza más difícil de hacer, porque para transcribir los diálogos y editar el video tuve que ver las imágenes durante muchas horas.

 

¿Haz considerado dejar de abordar los temas de violencia en tu obra?

Curiosamente si lo he hecho, es tal la saturación y el desgaste emocional que he dejado de trabajar por un par de meses.

En una ocasión dejé de trabajar por un mes y me dediqué a comprar flores como una necesidad de expiación. Entonces, una noche, de pronto me vi tirando un montón de flores marchitas a una bolsa de plástico negra para la basura. En un instante de reflexión caí en la cuenta de que las flores son seres vivos y lo que realmente estaba haciendo era tirar a la basura organismos vivos que agonizaban a partir de que fueron cortados.

De ahí surgió la idea de una serie de fotografías Taxonomía Postmortem que captura el momento justo en que las flores están en un momento entre la vida y la muerte. Como yo no tenía cámara comencé a usar un escáner de alta resolución, eso le dio a la pieza la impresión de aparecer en un limbo oscuro.

Es curioso pero así es la vida de un artista. Uno trata de escapar de los temas recurrentes, pero al final uno termina cayendo de forma casual en esos temas. Eso habla también un poco de la obra que produce un artista contemporáneo a partir de los medios que tiene a su disposición. La mayoría de las obras son resultado de un proceso constante de experimentación.

¿Qué tan cerca haz estado de la muerte y la violencia en tu vida cotidiana?

Siempre me interesa involucrarme en mi materia de trabajo, no es muy agradable pero debes tener cierto conocimiento de los temas para poder abordarlos en tu obra. De manera que tomé clases de disección en la facultad de medicina de la UNAM, por citar un ejemplo, una vez vi un corte de cuello en una clase de anatomía, de hecho, el profesor me invitó a hacer una incisión en el cuello de un cadáver.

A nivel personal también me tocó estar muy cerca de la violencia hace unos años en Acapulco. Íbamos manejando con unos amigos de noche en la carretera y de pronto nos rebasó una camioneta que iba circulando rapidísimo, diez minutos después volvimos a ver la misma camioneta frente a nosotros cuando tiraban partes de un cuerpo humano.

Uno piensa que la violencia esta lejos, pero en realidad esta más cerca de lo que uno cree.

 

 

¿Cuáles son las reacciones que puede generar una muestra como Visible Invisibilización en el público?

Yo creo que la muestra va a generar una serie de preguntas muy interesantes en el público. Esta es una de las primeras muestras que incluye a un grupo grande de artistas que va a reflexionar sobre el tema.

Los artistas que vamos a participar hemos trabajado el tema de la violencia de una forma individual, pero creo que la conjunción de todas estas visiones puede generar una reflexión positiva en el público que asista a la muestra en Querétaro.

 

Visible Invisibilización se inaugura el próximo 15 de agosto en la ciudad de Querétaro, México. Para más información consulta wwww.VisibleInvisibilización.com Agradecemos a los organizadores de la muestra las facilidades para realizar esta entrevista.

 

Redes Sociales de Andres Orjuela

Web Oficial: http://www.andresorjuela.co/
Facebook: https://www.facebook.com/andresorjuela.co?ref=tn_tnmn

 

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