¿Qué emociones es capaz de despertar una canción? ¿De qué depende que un verso bien colocado pueda anidar en la cabeza de manera estacional? Probablemente existan fórmulas matemáticas para explicarlo de forma sustentada, pero pefiero pensar que sin historia y sentimiento, aquella aspiración sería imposible.

 

«La bestia de la energía» es el título de la más reciente colección de canciones de Mauro Conforti y la vida Marciana. Se trata de un puñado de historias, que por su naturaleza, bien podrían empatizar con más de uno. Hay en este disco energía que detona y provoca de forma física en «El Fonk» , energía para echar a andar los engranes de la nostalgia en «El héroe» y hasta energía que nos rebasa y nos pone en contexto, respecto a nuestro lugar entre las nuevas generaciones, en «El recreo».

 

 

La energía, probablemente no sea sólo el título del disco, sino el eje temático y el hilo conductor que entreteje a cada una de las historias que propone el músico argentino. En la parte musical, se nota el rigor en cada una de las composiciones, tanto en la producción de los arreglos como en la construcción melódica.



 

Fito Paez, María Barracuda, Julianna Gatas y Ariel Rot son algunos de los invitados de lujo en un disco que ya de por sí, está hecho con esmero y en el que destacan temas como «El recreo» y «Nada de lo que vendrá (prueba y error)» al lado del mencionado Fito Páez.

 

Mención aparte merece «Yo te quiero así», la bellísima balada que cierra el disco. Un tema que aquellos románticos en extinción bien podrían dedicar al oído y que los menos optimistas podrán interpretar como una rendición a la aceptación del otro, con sus defectos y cualidades. Al fin y al cabo, todos somos una colección de sueños rotos y encuentros afortunados.

 


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