El científico Marcelino Cereijido (Buenos Aires, 1933), tuvo que salir de Argentina en 1976, “por los tipos que hicieron desaparecer a 30 mil personas bajo el argumento de salvar a la Argentina; los líderes de todo esto eran sacerdotes, un tal Bergoglio, era uno de ellos, quien dijo que cuando el Ejército reprimía, torturaba y asesinaba, se trataba de la representación de Dios que estaba lavando con sangre la culpa de los argentinos”.

En ese momento el pensamiento que cruzó por la mente de Cereijido fue: “bueno, este es un hijo de puta”.

Aquel pasaje de su vida dio origen a lo que sería un estudio de casi cuarenta años en los que ha tratado de identificar el origen del mal desde una perspectiva científica. El ensayo “Hacia una teoría general sobre los hijos de puta” (Tusquets), reúne las investigaciones del bonaerense, profesor emérito del Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional.

Sin omitir los aspectos evolutivos de la especie humana, ni las interpretaciones de la realidad que corresponden a cada época, ni los elementos circunstanciales que pueden llevar a alguien a cometer “hijoputeces”, como él mismo les llama a los actos que contienen ciertos grados de maldad ya sea intencionada o no, el autor advierte que no busca llegar a una conclusión porque científicamente no existen las verdades absolutas, sino más bien “dejar abierto el debate en torno a la crueldad humana”.



“La originalidad de este ensayo, se encuentra en que no da por sentado que algo tan común no tiene una explicación científica”, argumenta Cereijido, Doctor en Fisiología por la Universidad de Buenos Aires, y añade que uno de los grandes problemas de México no es sólo su falta de ciencia, sino además, la ausencia de una cultura compatible con ella.

“El analfabetismo científico es espantoso en México; y con este ensayo yo siento que contribuyo a formar una cultura científica, es decir, poder mostrar como enfoca desde el punto de vista de la investigación un problema como el de la maldad”, apunta.

Otro de los aspectos que incitó al ensayista a trabajar sobre éste tema, fue el mismo insulto que conlleva la expresión “hijo de puta”, de la que afirma, se trata de la grosería más ofensiva en varios países e idiomas. “Cuando note que a todos los malos de los que he oído, les dicen hijos de puta, hasta en checo, traté de buscar una explicación al respecto. Yo no sé de nadie que haya investigado si la mamá de Hitler era puta. Entonces ¿Qué asociación hay en todos los idiomas entre el mal y la prostitución para que se diga que se es un ‘hijo de puta’?”.

Cereijido enfatiza en la importancia de una investigación que lleve a analizar los comportamientos humanos que desembocan en acciones que dañan a los demás.

“Si alguien abre el diario cualquier día, en cualquier página, se podrá dar cuenta que uno de los grandes males está siendo provocado por los hijos de puta. Si se descubre una fosa con 80 cadáveres o se quema una guardería con 50 niños y nadie es culpable”, concluye el autor.

Hacia una teoría general sobre los hijos de puta
Ed. Tusquets
México, 2011

HolaSim Alternatripmail

Un comentario en «Lugares Comunes: Hacia una teoría general sobre los hijos de puta»
  1. Es curioso, pero creo que muy pocas personas han reparado sobre lo misógina que resulta la raíz etimológica de ese insulto.

    En principio podría parecer vanal el tema, pero dada la trascendencia histórica el estudio resulta bastante interesante en términos antropológicos.

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