Tengo que confesarme como fan de Oasis. Para mí las canciones de los Gallagher (bueno, sobre todo las de Noel) no son objeto de estudio ni material ni de apreciación; son parte de mi identidad como escucha y músico.

Por esa razón sabrán a qué me refiero cuando digo que la música no tiene por qué cambiar; lo hace, incluso sin que el músico en cuestión parezca darse cuenta, pero no existe una obligación ante la crítica de «renovarse». Sin embargo, esa parece ser la determinante de muchos sitios de crítica musical hoy en día.

Como fan de Oasis, aunque aplica para cualquier banda que haya sido emblemática en una época anterior, he leído muchas reseñas sobre ellos y con el pasar de los años cada vez se vuelven más negativas. Eso supongo nos pasa a muchos con nuestras bandas favoritas, y generalmente lo atribuimos a una decadencia natural de los artistas pero… ¿En verdad son malos o mediocres en los años recientes? ¿No son los escuchas más asiduos a los especialistas?

Desde luego, sólo si hablamos de gente que escucha mucha más música y no sólo a una banda y además va a las influencias y aún más allá. Lo menciono porque es en ese ejercicio que podemos entender que el panorama de la música actual tiene un gran número de bandas legendarias que, de haber existido ahora, serían excluidas de las categorías “más altas”, donde están los innovadores, desde Eno hasta Yorke. Pareciera que el compositor está a la par del productor.

Pero la pregunta persiste ¿Y los que no experimentan con samplers y sintetizadores? ¿Y la música tradicional? ¿No es el rock de guitarras, es decir, riffs y estructuras sencillas una forma válida y a estas alturas tradicional? ¿Evitar esto y otros elementos similares hacen mejores canciones? ¿O sólo están más de moda, con la característica efímera que eso conlleva?



Al pensar en la contraparte salen preguntas también muy familiares: ¿Dónde se termina lo complejo y empieza lo complicado? O dicho de otro modo ¿Dónde la falta de claridad deja de ser un recurso para convertirse en la evidencia de una limitación creativa?

 


Acaso por su carácter inmediato, la música es juzgada casi del mismo modo por la mayoría de los escuchas. La tarea del crítico es trascender esa primera impresión y juzgar tomando en cuenta todos los elementos posibles; y confiar en su apreciación sin que eso signifique caer en esa seguridad ciega tan parecida a la soberbia.

Lo que hace a una buena canción son un número de factores que varían cada vez y en ese proceso los escuchas tienen una intervención crucial. Lo importante es recordar que un recurso técnico o intelectual (una estructura numérica que represente la muerte de una estrella que está perdiéndose en el espacio, etcétera) no hace una buena canción; es un marco donde se inserta el trabajo del artista.

La esencia, el talento, lo indescriptible, la carnita o como quieran decirle, es lo que permite que las ideas (hasta la relevancia de una estrella fundiéndose eternamente en el espacio) adquieran ese nivel de expresión tan poderoso. Así se explican cómo existen tantas buenas canciones de amor. Por ejemplo, hecha ya esa parte fundamental de una canción, el amor es el tema más inmediato pues nos afecta a la gran mayoría. Podríamos recorrer variedades de canciones y temáticas, desde Mandy de Manilow hasta Latinoamérica de Calle 13 y darnos cuenta que la estructura siempre es una base, porque lo importante, lo que se dice o a lo que se refiere, necesita una plataforma; pero no es determinante y no existe antes que la canción.

Noel Gallagher sobre Radiohead:

Cada vez que los veo en vivo […] pienso […] ¿Cómo hacen salir eso de las bocinas? Es increíble. Aun así nunca he tenido un momento donde me siente y piense: ¿Sabes que sería bueno? ¡Escuchar Paranoid Android! ¡Ponlo! No, nunca he sentido eso. Dame Mony Mony o Runaround Sue. Algo que pueda cantar”. (Noel Gallagher on Mumford & Sons, Radiohead and His Brother, Rolling Stone, Agosto 2011)

Fernando García es músico, estudiante de letras clásicas y colaborador editorial. Sus reseñas, entrevistas y columnas han sido publicadas por revistas impresas como Indie Rocks! y electrónicas, como El Fanzine y Resonancia Magazine, medio en el que publica todos los sábados la columna de cultura general: Lo que se queda. Fernando también atiende regularmente su tienda de Twitter: @unfernando

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Un comentario en «Resonancia 11: Guitarra y voz: la música que no innova por Fernando García»

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