En la última década, el desarrollo de nuevos conceptos de movilidad urbana financiados con capital recaudado en plataformas como Crowdfounding ha generado una buena cantidad de proyectos de transporte alternativo.

Se estima que la distancia promedio de los viajes que se hacen diariamente en automóvil dentro de las grandes ciudades no rebasa los 8 kilómetros, es por eso que la necesidad de nuevas alternativas de movilidad urbana se ha enfocado al desarrollo de bicicletas y patinetas eléctricas.

Aunque las bicicletas híbridas todavía no son algo común en el mercado, han aparecido conceptos bastante creativos que nos dan una buena idea de cómo podría ser el futuro de la movilidad urbana. Tal es el caso de la compañía californiana Boosted Boards que trabaja en la comercialización de un prototipo de Long Board eléctrico controlado a través de un control remoto manual que permite al usuario frenar o avanzar en cualquier dirección.

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Las longboards eléctricas de Boosted Boards se pueden recargar en cualquier toma de corriente en aproximadamente 15 minutos y son fáciles de transportar en entornos urbanos con densidad de población.



Otro proyecto bastante interesante es el de la INgSOC desarrollada por los diseñadores Edward Kim y Benny Cemoli. Se trata de una bicicleta que mezcla tecnología híbrida y un diseño aerodinámico basado en un cuadro de fibra de carbono super ligero y un motor eléctrico conectado a una batería recargable que elimina la necesidad de una cadena como método de impulso de las ruedas.

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Gracias a su sistema eléctrico, la bicicleta puede ofrecer al usuario la posibilidad de cargar sus dispositivos móviles a través de un Dock y la opción de iluminación a través de lámparas LED alimentadas por la misma batería, que se recarga cada vez e que el usuario pedalea.

Además de no necesitar gasolina y ser un método de transporte sustentable y ultra ligero, la INgSOC eléctricas tiene un look futurista basado en la estética de las bicletas aerodinámicas de ruta profesionales. Gracias a la financiación pública, algunos de estos proyectos podrían convertirse en artículos de uso común en los próximos años. Todo depende del impulso que el ciudadano promedio muestre por este tipo de tecnologías alternativas. No hay duda, un mundo más sustentable es posible gracias a la tecnología.

 

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