“Steve Jobs fue un pionero de la música digital, pero cuando se iba a casa, escuchaba sus vinilos.” declaró hace unos días el veterano músico Neil Young durante su participación en la D: Dive Into Media Conference, que se llevó a cabo en la ciudad de Laguna Niguel, California.

Aunque mucho se ha discutido en torno a las desventajas del formato digital en relación a formatos como el Vinilo,  pocas veces reparamos en como los adelantos tecnológicos han sacrificado mucha de la calidad de las grabaciones en función de hacer su difusión y portabilidad más sencilla. Sin embargo, la difusión masiva de la música ha descuidado muchísimo el nivel de los audios que a diario consumimos.

Si consideramos que un Compact Disc contiene únicamente el 15% de la información del master original, y a eso le sumamos que la mayoría de los archivos mp3 que circulan en la red están encriptados a una calidad de 256 kbps, que comprime de manera importante la información del soporte físico, podemos darnos una buena idea de la ínfima calidad de la música que a diario compartimos.



En la actualidad, ya se comercializan archivos digitales de alta calidad como el FLAC (Free Lossless Audio Codec). La calidad del formato es tal, que ya ha generado un mercado propio en el que destacan tiendas como HDTracks en las que pueden conseguirse el catálogo completo de artistas como John Coltrane en formato FLAC.

Otra opción  es el DSD (Direct Stream Digital), formato creado por los desarrolladores de Sony y Phillips  que ofrece 2.8 millones de samplers por segundo, lo que es 64 veces superior que la calidad de registro de un CD regular. Dada su calidad, el formato DSD ha proliferado entre los puristas del sonido, quienes han popularizado tiendas en línea como  DownloadsNOW.net y la E-Onkyo Music de Japón, que ofrecen archivos en formato DSD con la opción de comprar tracks individuales.

Aunque aplicaciones como iTunes y VLC tienen la capacidad de reproducir estos pesados archivos, también existen alternativas portátiles para mejorar la experiencia musical. Prácticamente cualquier SmartPhone de nueva generación tiene la función de reproducir archivos FLAC, mientras que gadgets como el PSP de Sony tienen la función oculta de reproducir archivos DSD.

Desde ese contexto, el relanzamiento del ecosistema auditivo que proponen artistas como Neil Young está más que justificado. No se trata de volver a la tecnología de los discos de Vinilo (que en todo caso, son los formatos con la mejor calidad disponible en el mercado) si no de usar la tecnología que actualmente existe para devolverle una buena cantidad de calidad a la música. Los formatos digitales de alta calidad ya existen, el software  necesario para reproducirlos ya existen y el hardware necesario ya comienza a perfilarse.

Tal vez es tiempo de que vea la luz un gadget que supere en calidad al popular iPod, que según Neil Young, tampoco era del completo agrado del propio Steve Jobs.

 

HolaSim Alternatripmail

2 comentarios en «Tecnología: ¿El formato digital degrada la música en lugar de mejorarla?»
  1. Yo creo que ahora el objetivo de la gente es ver quien tiene mayor cantidad de canciones en sus dispositivos(Ipod, celulares,etc) dejando a un lado la calidad de las mismas…

    1. Coincido contigo Alexis. De hecho, autores como Oliver Sacks han señalado en varias ocasiones que cualquier persona de nuestros tiempos lleva en su iPod más música que la que podría escuchar en toda su vida una persona del Siglo XIX. Sacks lo llama: ¨la depravación musical¨.

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