Son varios los casos de escritores mexicanos que encuentran en la crítica y el periodismo musical una vía de entrada a la literatura y un sendero para encontrar su vocación en la construcción de ficciones. Tal es el caso del finado Parménides García Saldaña, y de los aún activos José Agustín, Juan Villoro y Xavier Velasco, este último, autor del libro que destacamos esta semana en este espacio: «Una banda nombrada Caifanes».

Originalmente publicado a finales de la década de los noventa, «Una banda nombrada Caifanes» se ha convertido en una auténtica leyenda urbana, pues es practicamente imposible encontrar una copia original de este libro que resume las dos grandes pasiones de Velasco: La música y la literatura.

Años antes de convertirse en un novelista con gran resonancia internacional gracias al premio Alfaguara de 2003, otorgado a su novela Diablo Guardián, Xavier Velasco dedicaba su tiempo a la crítica musical como columnista del extinto periódico El Nacional.

Para Velasco, el escribir de música fue una bandera que le dio un norte en un momento poco claro en su vida, según apunta en una entrevista concedida en 2009 a la revista Indie Rocks!:



«Publiqué mi primer artículo y me di cuenta que dentro de mi ignorancia (estaba en la prepa) había un tema del cual podía hablar y que sólo entendía gente de mi edad. Creo que tanto escuchar la música, compartirla y después dedicarte a escribir sobre ella es una forma de encontrar un lugar en el mundo en el cual tienes cosas que decir, no tanto sobre la música, sino sobre tu posición personal acerca de ella, que en cierta medida es de lo que habla el que escribe de música. Con los años me di cuenta de que escribir de música no era más que un pretexto para hacer literatura sin comprometerme demásiado».

Por tal razón, resulta lógico que su papel de narrador en «Una Banda  Lllamada Caifanes» trascienda las fronteras de testigo para convertirse en un protagonista presencial en los momentos trascendentales de la banda. Por ejemplo, cuando describe los momentos de quiebre de Saúl Hernández o cuando narra como Alfonsó André describe las dificutades económicas que sufrió en los años de formación de Caifanes: «Vivíamos Carlos Marcovich y yo solos en su casa. A veces no teníamos una chingada qué comer y ni un quinto para ir al súper, así que nos la pasábamos trepados como changos en el árbol de higos, tragándonoslos».

Es este libro un trabajo que documenta en partes iguales la trayectoria de una banda fundamental para el rock mexicano y la construcción del estilo narrativo de uno de los escritores más importantes de su generación. Hay en sus páginas una versión no perfeccionada del Xavier Velasco que más tarde perfilaría su estilo a base de desnudar los demonios internos.

«Dice Saúl que la muerte es una cosa que te ganas, que tienes que

ganártela y para eso está la vida. Dice que la muerte es el lugar en el que no se

puede ser hipócrita, el espacio sagrado donde vas finalmente a alcanzar el

sueño que tuviste a los quince años mientras oías descagalarse a Jim Morrison

en el radio de pilas que aplastó un camión carguero. Dice que el único chance

que tenemos en la vida es el de morirnos, porque la muerte, si acaso sabes

entenderla, es un triunfo.»

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Gracias al internet y el esfuerzo de los fans de Caifanes y del entusiasmo de los seguidores del trabajo de Xavier Velasco hoy es posible leer en línea este libro inconseguible en formato impreso. Tambien es posible descargarlo en formato PDF.

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Vale la pena asomarse a este rastro atemporal que muestra una faceta poco conocida de los integrantes de Caifanes y del mismo Velasco, personajes que evidentemente circularon por caminos distintos, pero que en algún momento coincidieron en sus años de juventud. Este libro es un testigo de aquellos años de juventud, pasiones y excesos.

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2 comentarios en «Libros: Una banda nombrada Caifanes. La música como bandera, la literatura como vocación»

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