«Never mind vérité, I want poetry» – Keith Richards

Podríamos presentar éste documental como parte de la historia de Rolling Stones, pero preferimos seguirle el juego al grupo y presentarlo como parte de la obra del importante director y fotógrafo Robert Frank, quien recibió la comisión de reflejar la gira promocional del disco Exile On Main St., pero debido a que siguió el enfoque de cinema verité, con conversaciones en bruto, consumo de drogas y secuencias inconexas, logró la insatisfacción de la banda y una restricción judicial para estrenar la película comercialmente.

Cocksucker Blues se ha convertido en uno de los filmes sobre música más subterráneos de todos los tiempos, su exhibición sólo puede realizarse en presencia del creador de las fotografías del libro The Americans (que inspiró a Jack Keroac a escribir On The Road) y como parte de retrospectivas de su obra, sin relacionarse por esa orden judicial con la historia de los Stones. Afortunadamente ésta película del director de Pull My Daisy (otro importante filme de la generación beat), como muchas cosas inalcanzables, ya se encuentra disponible en Internet.

La controversia con Cocksucker Blues surge por una sola cuestión: imagen. Debido a los escándalos y posesión de sustancias ilegales, a los Rolling Stones se les había negado múltiples veces la entrada a Estados Unidos y necesitaban realizar más conciertos en ese país, el problema era que la gira fue precedida por la persecución por los mismos cargos en el Reino Unido y la película retrataba parte de la grabación de Exile On Main St., un disco conocido por surgir en un verdadero sopor y experimentación de drogas, la compañía de dealers (entre ellos el mismo que dio su última dosis a Jim Morrison y el papá del protagonista de Medium, quien también aparece en el filme cuando era niño) y todo tipo de mal vivientes que hicieron que después le fuera negada la entrada a Francia a Keith Richards.



Fuera de las secuencias sin historia y las imágenes que incriminan, Cocksucker Blues es un retrato sombrío y preciso de la desesperación y la soledad evidente de la vida en la carretera, la obsesión con la verdad de Frank destruye la ilusión de glamour del más famoso grupo del mundo, todo gracias a su ética de que «cuando la gente ve sus imágenes, quiere que se sientan como cuando acaban de leer una línea de un poema por segunda vez”.

IMPORTANTE: Debido a la restricción, la película ha sido sumamente descuidada, Robert Frank perdió todo el interés en preservarla, por la misma razón tiene esa apariencia deslavada y rayada. También deben tomar en cuenta que las imágenes tienen la clasificación de NSFW.

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