“Cada hombre tiene dentro de sí un parásito que no está actuando en todo a su favor”. William S. Burroughs dijo eso, él debía saber muy bien de que hablaba. Novelista beat y poeta, junkie, expatriado, homosexual, ruidoso tirador, cabeza del punk-rock, líder de escena, extraño viejo y objeto del director Yony Leyser en el documental William S. Burroughs: A Man Within.

Beats, letras, homosexualidad, drogas, armas, punk, arte, muerte y por un fugaz instante de reflexión revelada, amor. William S. Burroughs sin duda era un hombre de muchas capas, algunas de ellas impenetrables desde sus gestos secos o la distancia que impone ser un icono de la Generación Beat, tal vez por eso William S. Burroughs: A Man Within no es precisamente un documental intensamente detallado, es más bien un tributo. Pero aún así es un tributo fascinante.

Gracias a las grandiosas imágenes de archivo (muchas de ellas muestran su característica voz), los amigos íntimos de Burroughs (al menos tan íntimos como el propio Burroughs lo permitía) y astutas animaciones de alambres se desarrolla cada tema, que de de una forma u otra se van encadenando para enteder poco, un poquito, de su obra y su personalidad.

Las entrevistas son primordiales, el director John Waters hace un gran trabajo colocando cada pieza del contexto e importancia de Burroughs en el mundo que lo rodeaba. Las conversaciones con Allen Ginsberg también son reveladoras, sus platicas son parte de la mitología beat, algo que podríamos llamar “Bill and Al Show”. Yo vería sin duda ese programa.



William S. Burroughs: A Man Within no deja nada fuera, al menos es suficiente para que los que no lo conocen tanto descubran su conexión con iconos punk como Patti Smith e Iggy Pop, así como su influencia en Sonic Youth, Gus Van Sant y el concepto de heavy metal, además de su fascinación con las armas, las serpientes y el capítulo que desembocó en sus mejores obras, la muerte de Joan Vollmer, esposa de Burroughs que falleció después de un desafortunada combinación de armas, alcohol y William Tell en la Ciudad de México en 1951.

No crean que descubrirán detalles sobre sus libros o sus poemas, es sobre el hombre y como tal, vale la pena escuchar su Oración de Acción de Gracias de 1986 o escucharlo interpretar con tanta peculiaridad la canción Falling in Love Again de Marlene Dietrich en alemán.

A Man Within definitivamente está lleno de rayones que evocan y dibujan el esqueleto Burroughs y su visión de la humanidad. No sobra ninguna imagen o palabra, incluso quisieras más, pero es obvio que el director no quiere darte todo el interior, se trata de que lo sigas buscando en el exterior de la película.

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