Si bien es cierto que a veces hablar de sí mismo pudiera parecer banal y egocentrista, es importante analizarnos a nosotros mismos para ver dónde estamos, dónde estábamos y hacia dónde caminamos.

Un mecanismo práctico y sencillo para lograr esto es contestando una serie de preguntas. Dicho ejercicio lo realizan los actores cuando están preparando un personaje, pero considero que se pueden adaptar para conocer a aquel personaje que interpretamos día a día. Después de todo y diría el inmortal bardo inglés: La vida es un teatro.

Este cuestionario lo aplico a mis alumnos en la universidad, independientemente de su campo de estudio, aunque considero que puede ser de interés de los lectores de Resonancia Magazine.

  1. ¿Quién Soy?

Obvio no se trata de ser demasiado filosóficos para profundizar en una respuesta. Se trata de conocer sobre nuestros antecedentes de vida. ¿Quiénes fueron nuestros abuelos?, ¿Quiénes nuestros padres?. Incluso podemos hablar de nuestros tíos, primos, sobrinos y por supuesto de nuestros hijos si fuera el caso.

Es importante describir la casa donde uno creció, cómo se veía, si había jardín, ¿era en zona rural o urbana? Nuestro cuarto, los olores de la cocina. Por supuesto la escuela, compañeros de clase y maestros. Nuestra adolescencia, primeras experiencias de relaciones de pareja, los días en la universidad.



2. ¿Dónde y cuándo estoy?

A veces estamos tan ocupados en nuestros asuntos personales que olvidamos mirar hacia afuera. Es importante saber dónde estamos en este preciso tiempo-espacio. ¿Qué época del año es? ¿En qué país y ciudad vivo? Pensemos en las condiciones físicas del lugar: playa, montaña, selva. Temperatura, el ámbito social no debemos olvidarlo: ¿Cuál es la realidad política, económica y social que en ese momento ocurre? Es también relevante saber en qué nivel socio-económico estamos clasificados, todos sabemos cuáles son nuestras posibilidades económicas, medio de transporte, hábitos de consumo.

3.¿Cuál fue mi última etapa?

En éste caso podemos apoyarnos en nuestra edad cronológica para ubicar qué parte de nuestra actividad de vida estamos terminando y cuál estamos empezando. Por ejemplo, hace cuanto terminé la preparatoria y en este momento que hice. Se optó por ir a la universidad, se comenzó a ser parte de la población económicamente activa. ¿Se está a la mitad de un proyecto importante en el trabajo? En términos de familia, ¿estoy a punto de casarme?, ¿me acabo de separar?

4.¿Qué quiero?

En éste caso “quiero” tiene que ver con lo que uno necesita. ¿Cuáles son nuestras intenciones? De igual forma vale la pena entender nuestras motivaciones, nuestras acciones. Es importante siempre tener un objetivo. Por ejemplo: terminar una relación, estudiar un posgrado, aprender una actividad totalmente ajena a lo que hoy sé hacer.

5.¿Por qué lo quiero?

Esta pregunta podría volverse un poco más sencilla si revisamos lo que contestamos en la pregunta 1. Muchas veces no sabemos realmente lo que queremos y actuamos por seguir lo que otros piensan que debemos hacer para tener éxito. Sorprendentemente, los parámetros de éxito que conocemos los hemos heredado de los medios de comunicación de masas o sin cuestionar si nos gusta o no, seguimos lo que nuestros padres y abuelos hicieron.

6.¿Qué puedo hacer si no lo obtengo?

Sin intención de ser pesimista, es importante ser conscientes que muchas cosas a nuestro alrededor no están completamente en nuestras manos. Se nos enseña en la escuela a soñar e imaginar proyectos, más no se nos enseña a manejar la frustración. Es importante siempre manejar nuestra respuesta a situaciones cuyo resultado no fue el que esperábamos. Esto implica un esfuerzo y continuo aprendizaje. De vida tal vez.

Además de manejo de frustración es importante pensar en plan B o plan C y D. Es decir, tener una idea de qué podemos aprovechar de lo que aprendimos con el proyecto fallido para convertirlo en un proyecto alternativo.

7.¿Cómo puedo lograr lo que hoy quiero haciendo lo que ahora estoy haciendo?

Esta última pregunta de la serie es muy importante. La mayor parte de nuestros sueños se quedan en eso. Pensamientos en nuestra cabeza que no se llevan a cabo.

Las cosas si bien es cierto que no están 100% en nuestras manos tampoco van a suceder de manera espontánea si no se parte de algún lado para generarlas. De poco sirve querer ser un piloto de pruebas de autos si no sabemos andar en bicicleta. Tampoco se puede ser músico sin pasar un proceso de aprendizaje de un instrumento musical. Es importante encaminar nuestras actividades hacia nuestros proyectos e invertir tiempo en aprender las habilidades que nos ayudarán a realizarlos.

Son 7  preguntas que para responderse no implican el nivel de abstracción que demanda un libro de mecánica cuántica. Nos llevaran si acaso un par de horas de responder, pero pueden significar un primer esbozo del mapa ¿hacia dónde? Hacia ningún lado, recordemos que la vida no es la meta sino el camino en sí.

HolaSim Alternatripmail

2 comentarios en «7 preguntas para conocerse mejor»
  1. De acuerdo con el punto número seis. En la vida se nos inculca a ser líderes. Esa ambición es abstracta y utópica porque no todo mundo puedes ser líder. Mejor sería aprender a formar grupos, a entender que cada parte y cada pieza d runa actividad creativa e importante y el líder tiene el mismo peso que quien ejecuta.

  2. Incluso el concepto «líder» muchas veces está mal entendido. Creemos que líder es aquel que manda y en el inconsciente colectivo mexicano el que manda es el tlatoani supremo-presidente de la república-dictadorwannabe. Líder deriva del inglés to lead, es decir, el que guía. En otras palabras el que predica con el ejemplo no el que quiere imponer su voluntad. Se puede ser líder en todos los ámbitos en que nos desenvolvemos y que mejor forma de formar grupos que siguiendo ejemplos. Gracias por tu comentario mi Pedro y por permitirme ser parte del equipo de ésta publicación.

    Abrazo fuerte

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