Si uno camina por las calles de la Ciudad de México con la mente despejada y los ojos bien abiertos es posible toparse en algunos postes de la compañía de luz unos anuncios bastante peculiares. Las impresiones en tono monocrómatico convocan con tono incendiario a echar abajo al internet, rendir tributo a la cabeza de juárez, crear bailes extravagantes y darle muerte al color rosa mexicano.
Esta extraña forma de autopromoción, rubricada unicamente con una imagen de algo que aparenta ser un grabado medieval nos remite a una dirección: www.bustrofedon.net Sitio de una lúdica revista de ficción experimental que invita a sus lectores a través de estos extraños desplegados y de sus cuentas en redes sociales a una serie de acciones igualmente extrañas y emocionantes.
Ya sea por morbo o por interés genuino en las expresiones artísticas de nuestro país, la promoción alternativa ha funcionado y ha permitido que el sitio de Bustrófedón cuente ya con 4 surealista números publicados en línea.
Toparse con Bustrófedón es parecido a encontrar un hongo rojo con manchas blancas en nuestro camino. Ante tal hallazgo no queda más remedio que someterse al dilema de Alicia y decidir que lado del hongo es el que hay que morder.