Ahora con todo ese boom mediático que nos ha traído el episodio VII de Star Wars, me parece buen pretexto sacar a colación la música que John Williams ha creado para esa gran saga. Sin duda es majestuosa su orquestación sinfónica y ni hablar de los arreglos y las melodías, todo eso nos da para otra columna. El día de hoy quiero compartir mi opinión sobre la importante función que desempeña la música de Williams como elemento narrativo en la saga.

Imaginen ustedes a Darth Vader sin tener como fondo musical la marcha imperial. Esa marcial pero a la vez siniestra melodía que se nos presentó por primera vez en el Imperio Contraataca cuando el primer plano era el negro casco del oscuro señor de los Sith. O que decir del maestro Yoda con su particular tema – muy semejante al de ET por cierto- cuando está levantando la nave por telequinesia. Y uno quizás favorito de muchos es el tema principal, esa fanfarria que suena mientras aparecen los títulos en pantalla que hoy son icónicos: Star Wars. Cuantos lectores no estarán tarareando la melodía en su cabeza.

Con eso de ejemplos creo que basta, y si no es así, corran a YouTube a buscar más. Mi intención es hablar de cómo la música se convierte en parte de la historia. El atribuir un tema musical a un personaje no es desde luego una novedad. La grandes historias del pasado han sido siempre buen tema de inspiración  para las piezas musicales. Desde clásicos de la tradición germánica como Las Valkirias de Richard Wagner, hasta pasajes bíblicos como el Mesías de Haendel (de donde se desprende el súper popular Aleluya). Un buen ejemplo didáctico que además resulta una delicia de escuchar es Pedro y el Lobo de Prokoviev. Sin duda ahí se aclara esa relación entre personaje y su particular tema musical.

Ahora bien, vamos más a fondo. ¿Cómo sabemos qué tema va con que personaje? ¿Por qué un niño se presenta usando melodías alegres e instrumentos musicales brillantes como flauta o violines? ¿Por qué casi siempre los temas de los villanos tienen un aire siniestro van acompañados de instrumentos graves como fagotes o chelos? Habrán observado también que las temáticas heroicas como la de Superman por ejemplo, son casi siempre fanfarrias con instrumentos aliento-metal.

A primera instancia no sabemos bien por qué pero sí sabemos que ciertos pasajes musicales encajan perfectamente en ciertas escenas de una película. Lo sabemos con la misma seguridad que sabemos que los Hot Cakes son riquísimos con miel de maple o de abeja.



No es fácil contestar esta pregunta, lo que primero me viene a la cabeza son los años, cientos de ellos tal vez, que tienen de relacionarse determinados instrumentos musicales con circunstancias en particular.

Por ejemplo, el tema heróico de Superman o la fanfarria de Star Wars, sin duda ambos nos evocan el triunfo en una lucha. Hagamos un poco de memoria histórica y pensemos en los militares. ¿Cuáles son los instrumentos por excelencia que utiliza el ejército? Al menos en Occidente. Tambores y trompetas. No hay más, son  instrumentos que se pueden llevar con facilidad de un lado a otro y se pueden tocar mientras se va marchando. De ahí que cuando pensamos en una escena de batalla escuchemos instrumentos de aliento metal y de repente alguna tarola. ¿O no es así La Marsellesa?

Hablar de lo siniestro, es más bien hablar de lo desconocido. De aquellas situaciones que al no sernos familiares pudieran causarnos miedo o aversión. De ahí que los temas de los villanos, sobretodo los más temibles no tengan pasajes melódicos tan fáciles de reconocer y casi siempre estén compuestos de notas largas y graves. Un poco como las misas solemnes de Haydn. Esto no quiere decir que las misas solemnes sean malas, pero sin duda se esperaba que cuando se cantaran en el templo llevaran al oyente a un estado de ánimo hacia lo misterioso, como si se entrara a un mundo desconocido.

De los temas de amor el rey sin duda es el violín o los ensambles de cuerda, en las caricaturas clásicas de Disney o Warner Bros cuando un personaje quiere dar una serenata romántica casi siempre recurre a un violín. En el siglo XVIII el violín era elemental para complacer a una chica con una melodía romántica del mismo modo en que hoy es la guitarra. Por eso no es raro escuchar cuerdas cuando en la película el héroe va a besar a la chica.

El sexo por ejemplo, ¿Por qué el swing en el platillo y el saxofón? Esto sin duda es consecuencia de los clubes nudistas de los años 20 en Estados Unidos y Europa, donde muchas veces era la única opción de escuchar jazz. Magníficos jazzistas como Sidney Bechet o Louis Armstrong tocaron en esos sitios.

Así podríamos seguir, ciertos pasajes musicales están tan impregnados en nuestra cultura que los aceptamos sin siquiera reparar en ellos. Es por eso que no es difícil que encajen bien dentro de ciertas historias. Así como ciertos colores van bien en ciertas escenas.

La música es tan parte de nosotros que por eso debemos ser observadores de lo que hoy escuchamos, mientras más amplio sea nuestro abanico de géneros, más amplio será nuestro mundo.

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