Aún hoy están a tiempo de ver la conclusión de muchas obras pertenecientes al festival All City Canvas. El festival pretende reunir a lo mejor del arte urbano a nivel mundial; obras sobre todo de artistas europeos pero también hay mexicanos, todos reconocidos mundialmente por su trabajo en esta disciplina. A pesar de que el mural es un género fundamental para comprender el arte en México, y que está muy presente en la arquitectura estatal del país, sigue siendo rechazado, acaso incomprendido. Los artistas mexicanos cuentan con muy poco apoyo y terminan siendo mejor valorados fuera del país.
Pero más allá de todo eso, la repentina aparición de murales en nuestra andar por la ciudad es muy grato. Es romper con la dinámica de una ciudad como esta (que puede ser aplastante) aunque sea por un momento. Claro que es un fenómeno extraño; de pronto parar en el camino de siempre y mirar lo que está plasmado sobre una pared; descifrarlo, leerlo, apreciarlo, interpretarlo. Las obras del All City Canvas parecen invitarnos justo a eso; aspiran a ser más que apariciones en nuestro camino y quedarse entre nosotros como la obra que son. No todos los trazos sobre una pared son imprudentes, por ajena que esta sea; la ciudad es de quien la camina y alguno preferirá una grafiti, hasta la declaración de amor inoportuna, a una secuencia de paredes llanas y anónimas.
Acá hay una galería de El Universal con fotografía de Herakut y Interesni Kaski trabajando en su edificio.
Las piezas estarán visibles en diferentes puntos de la ciudad por los próximos meses y entonces dependerá de los dueños de los edificios si quieren o no conservar los murales.
