De Graham Brown

Esta columna trata sobre como la realidad crea personajes literarios a través de sus creadores y luego cómo estos terminan por evidenciar su pertenencia a esa primera realidad, mientras para los demás, sus lectores, terminan asemejándose más a la segunda, la del libro.

Todo empieza con la nota que circula este fin de semana por internet: Gabriel García Márquez padece de demencia senil según lo confirma su hermano. En ninguna de las notas he leído que hagan la relación, más bien obvia, que tiene el hecho en la vida de García Márquez con la vida de José Arcadio Buendía, fundador de Macondo. Para quienes no sepan sobre él, puedo decirles que se trata de un hombre cuya curiosidad lo hace vivir entre dos mundos; la de su tierra y la de las cosas que vienen del exterior. De ese modo José Arcadio termina por afectar su realidad con los objetos que consigue a través de Melquiades, un gitano que llevó a Macondo prodigios tan sobresalientes como el imán, el hielo o la cámara fotográfica con la que José Arcadio pretendía probar la existencia de Dios.

Si lo recuerdan ya también pueden recordar las circunstancias de su muerte, atado a un árbol (situación que aún me hace divagar) en una especie de demencia senil que lo lleva de ataques de furia a charlas muy elocuentes. Todavía puedo verlo, sentado, viejo y grande, con mucha barba recibiendo la lluvia sobre su espalda. Y luego veo otra lluvia, de flores amarillas, que cayeron por días sobre Macondo cuando José Arcadio murió. No estoy seguro de si fueron amapolas y si la lluvia duró días o semanas o sólo una tarde, tampoco recuerdo si tenía tanta barba como dije, pero eso es justo lo que quiero recalcar.

A veces existen personajes que nos llevamos de los libros y podemos invocarlos si así lo deseamos. Los vemos. Los recordamos y ya nos imaginamos en el patio de Macondo, en un siglo de guerras absurdas al mando del general Aureliano Buendía. Estos personajes a veces los plantamos en otras situaciones, los llamamos más de la cuenta, queremos verlos en la calle o en las noticias. Una noticia al azar, por ejemplo una que hable de un autor colombiano que ganó el premio nobel y ahora dicen tiene demencia senil, como José Arcadio, al que de pronto imaginamos en una silla de madera, o tal vez de mimbre, meciéndose bajo el sol frente al Caribe, leyendo una novela que le entretiene la elocuencia.



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Por Fernando García

@unfernando

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