Turistas, último disco de De Lozanne, editado en 2002

Hace diez años, si uno prendía el radio podría haberse topado con una canción del proyecto solista de Leonardo de Lozanne. Y seguro que iba a ser una canción diferente: no la esperarías de un ex Fobia, no la esperarías de una estrella pop del momento y tampoco encontrarías muchas canciones parecidas en los géneros en inglés de entonces.

Lo cierto es que esas canciones están olvidadas, con la excepción de unas cuentas recuperadas en proyectos actuales. Pero el sonido no es el mismo, ni el cuidado o la producción. Aunque no cronológicamente, sus dos discos son un buen ejemplo de la época anterior al surgimiento de los sellos independientes; y también de grabaciones menos lujosas.

Tan sólo basta tomar uno de los temas, cual si fuera un objeto, y tratar de detectar sus bordes, las líneas que lo definen, y la suavidad en su textura para darnos cuenta de que son grabaciones que vienen de una época diferente.

Para mí, De Lozanne ha pasado la prueba del tiempo. Cada vez que lo escucho me pongo a dudar de si debiéramos, a la distancia, conocerlo primero a él que a Fobia. Desde luego jamás dejará de ser una hipótesis pues Fobia es algo cercano a una leyenda; pero hay algo en estas canciones que no se dejan arrumbar, que no pueden pasar por placer culposo, que al escucharlas me hacen querer escribir algo al respecto, que hacen pensar que es un solista a la altura de Cerati (y si algo me suena parecido es el mismo Cerati).

En cualquiera de esos discos se pueden encontrar guitarras con efectos interesantes, sintetizadores que apelan a lo orgánico, letras que tienen a la metáfora como su mejor arma y una voz con un poder interpretativo que ya es justo reconocer. Ojalá algún día De Lozanne dejé de ser un rockstar de televisión y vuelva a hacer otro de estos discos.



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Por Fernando García

@unfernando

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