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Ver a Noel Gallagher se antojaba como una especie de deleite melancólico para cualquier fan de Oasis; hablo de todos, los que ya no van «por que ya están grandes», los que si van y los muy jóvenes que probablemente nunca vieron a Oasis y ahora tenían una buena oportunidad de escuchar las canciones. Las que no dejan de aparecer son las diferencias: el tamaño de las cosas, la selección de las canciones, y desde luego la ausencia del frontman natural. El público parecía seguir intacto pero a la vez no cabía en un juego que había cambiado; ya no se trataba de los grandes coros casi futboleros sino de escuchar a una banda tomar el escenario, como cualquier otra, como si no fuesen aquella que llenó Knebworth o dos noches de Wembley. Y claro, esa es la verdad.

Entonces se vuelve particularmente extraña la experiencia, porque los factores del concierto parecen estar reacomodándose. Por ejemplo, en el Palacio de los Deportes el público no habría bajado tan fácilmente a la banda abridora; los Daniels apenas pudieron tocar 3 o 4 canciones entre abucheos y reclamos para dejar el escenario visiblemente enojados. Así es el público de Oasis (ejem… quise decir Noel Gallagher) y qué le vas a hacer. Más tarde, cuando el público emocionado aplaudía y coreaba el nombre de Noel, éste con su típico humor señaló un reloj imaginario en su muñeca para pedir que pararan, que había que terminar. Algo no encajaba del todo.

Pero claro, Noel Gallagher no estaba ahí para controlar a las masas como su hermano, lo suyo son sus canciones y fue precisamente eso lo que la gente necesitaba. Tocar los lados b de oasis, (que se definen a sí mismos; lados b que llegan a ser la canción de un comercial para Coca Cola) junto a las canciones nuevas y las consagradas como «Don’t Look Back in Anger» nos permitieron emocionarnos y darnos cuenta de que el rock de guitarras es una cosa simple, en el mejor sentido de la palabra; algo que nos pone a seguir el ritmo de inmediato, que nos envuelve en una muralla de sonido. Claro que aparece la nostalgia pero también una banda de rock como esas cada vez menos comunes, más dada a las canciones que a los arreglos.



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Por Fernando García

@unfernando

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