Esta semana quisiera hablar de un disco. No es que sea un disco especialmente desconocido, que haya yo descubierto de entre el abismo de las canciones inconseguibles. Tiene más bien la apariencia de un clásico, que por fuerza de ser central, es a veces no tan habitual en estos días: una colaboración entre Elvis Costello y Burt Bacharach.

No hay nada nuevo, revolucionario o vanguardista en este disco; lo que hay son buenas canciones y nada más, pero ¿no es eso lo que los melómanos buscamos todo el tiempo?. Además, es el trabajo conjunto de dos de los mejores escritores de canciones en inglés: ambos maestros de su arte, la canción romántica, o la lírica oportuna.

Bacharach y Costello

Es también una producción de excelente calidad. La versión en vivo suena con la intimidad del sonido de estudio pero con la vivacidad de la ejecución en directo. En este disco los aplausos parecieran despertarnos de un ligero sueño inducido por las situaciones planteadas por las canciones. Tal vez no podría ser de otra forma. La misión del disco, en general, es la de hacer canciones de amor perdido. Este es un dulce para melancólicos.



Pero más allá de ser dos hombres haciendo llorar a otros hombres, y todos los berrinches silenciosos que puedan o no despertar, este es un ejemplo de gran composición. Casi como artesanos Costello y Bacharach parecieron no poder expresarse sino es a través de estas canciones melancólicas; como si al mezclar estos elementos, no hubiera otro resultado posible más que arreglos pulidos junto a letras y ejecuciones memorables.

Painted from Memory
Mercury Records
1998


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Por Fernando García

@unfernando

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