Una ciudad solo puede ser de vanguardia cuando el respeto y la tolerancia son mayores a las particularidades de sus habitantes. Afortunadamente, la Ciudad de México se ha convertido en un espacio en el que manifestaciones como la XXXIV marcha histórica del orgullo Lésbico Gay Bisexual y Transgénero confirma que los logros sociales no son obra únicamente de un partido político, sino del dialogo civilizado entre ciudadanos y autoridades.
Como ocurre año tras año, miles de participantes se congregaron en el ángel de la independencia para celebrar el día internacional del orgullo Gay . Después, los distintos contingentes marcharon a bordo de carros alegóricos y otros a pie disfrazados de diversos personajes, portando pancartas y gritando consignas como «no más discriminación, somos igual que todos».
El primer contingente estuvo integrado por varios participantes que portaron una gran bandera con los colores de la comunidad gay con el lema de la marcha: «En un estado laico cabemos todas y todos».
Los ciudadanos participantes marcharon por paseo de la Reforma hasta la plancha del Zócalo, donde un templete con artistas invitados y promotores de los derechos civiles leyeron consignas a favor de leyes nacionales que garanticen el acceso a la seguridad social y a la justicia de las personas de la comunidad LGBTTTI.
Aunque el ambiente fue festivo, durante el evento no faltaron las pancartas a favor o en contra de los candidatos a la presidencia de la república, consignas exigiendo respeto al estado laico y la diversidad sexual y la representación de organizaciones religiosas tolerantes, como La Iglesia de la Reconciliación y la Comunidad Cristiana de esperanza.
Aunque falta muchísimo por hacer en términos de respeto, tolerancia y legislación de leyes que garanticen los derechos de seguridad social para las parejas LBTTI, los logros conseguidos en la Ciudad de México son una muestra de que la participación ciudadana es capaz de grandes cambios.
