Esta vez quise utilizar como título de «Sonidos Marginales» una frase que alguna vez me dijo el productor español Enrique Franco. Me parece pertinente la frase dado que muchas veces se tiende a desdeñar el género musical académico, llamado también de manera imprecisa Música Clásica (El clasicismo es solamente un periodo en la historia de la música).

En ocasiones y sobretodo cuando se es más joven, se le señala a la música que tiene más de 100 años de antigüedad como «música para viejitos». Se le juzga como aburrida y plana, en otros casos se considera como música para «alzados»  y/o «mamones» (también por eso algunos caen en la estupidez de escucharla por esnobismo).

Es común tener esas creencias respecto a este género musical, yo mismo las tuve. Esto se debe a la generalizada tendencia humana a juzgar el pasado utilizando una óptica del presente, toda música tiene un contexto histórico(también político-social) determinado y es en ese contexto en donde se le debe analizar.

Muy difícil para un chavo de 22 años que solamente ha estado expuesto a determinado género musical (electrónica trance por ejemplo) va a resultar comparar a Van Buuren con Van Beethoven   puesto que no conoce el entorno que le tocó vivir al segundo.

Los dos autores tienen más en común que el «Van» en su apellido, que tal si a este muchacho admirador del DJ holandés lo sentamos cómodamente  con un Absolut con jugo de arándanos, a escuchar el primer movimiento de la 7a sinfonía del compositor alemán. De entrada podemos explicarle con esos cambios de volumen (dinámica) en los sonidos de la orquesta son el antecesor directo de los cambios de mood en las mezclas de Van Buuren o cualquier DJ de su preferencia.



bach_guitar

¿Por qué no mostrarle que los cambios de timbres en los sonidos electrónicos vienen directamente de la necesidad de tener contrastes entre las familias de instrumentos en una orquesta sinfónica?

Es también importante mencionarle a este mismo chico que para que la música entregue su mensaje de manera más contundente se tiene que repetir de vez en cuando en algunos fragmentos. Esta repetición es un arte, de ahí que sean absurdos temas como el del «sonidito» o tengan una impresionante elegancia como  la 5a sinfonía de Beethoven.

En otros aspectos podemos también hablar que muchas de las progresiones armónicas de la música popular ya se utilizaban a finales del siglo XVII. Los acordes del canon en Re mayor de Pachelbel bien podrían ser el acompañamiento de alguna balada de Jesse y Joy.

La importancia que en nuestros días tiene la música académica es que conforma las bases de lo que hoy escuchamos. El conocerla nos puede ayudar a dar una crítica justa de nuestra música popular actual. Por otro lado nos permite enriquecer esa música y dejar un legado más valioso a las generaciones futuras.

Retomando la idea del inicio: No estamos robando a Johann Sebastian Bach, más bien recibimos su herencia, la invertimos y esperamos contribuir  con un tanto más para volverla más grande.

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