Los formatos y el lenguaje han cambiado, pero el objetivo desde sus inicios sigue siendo el mismo: ver películas que de otra manera no serían mostradas en los cines, introducir a la audiencia a diferentes trabajos audiovisuales y promover activamente la importancia de su exhibición.

El movimiento de las sociedades fílmicas originado en Francia entre las dos Guerras Mundiales y asentado propiamente como la Fédération Internationale des Ciné-Clubs (F.I.C.C.) en 1947 en Cannes, realmente no ha cambiado, aún se mantienen los programas lejos del mainstream, persisten los debates al final de la función y sigue el espíritu como ente revolucionario del mensaje audiovisual, cómo lo indicó en algún momento el crítico Sam Jackson.

Las redes de cineclubes se han consolidado en distintos países, en forma de federaciones, consejos, colectivos, redes locales y nacionales, en Inglaterra y Estados Unidos los cine clubes se muestran más interesados en la realización del cine, sin embargo en la mayoría de los países se concentran en las películas censuradas, extranjeras o experimentales que no tienen cabida en los las grandes salas.

En México tenemos una larga historia de cine clubes que data de principios de los 60 y que ha ido paralela con el surgimiento del Nuevo Cine Mexicano, la fundación del CUEC y el Centro Cultural Universitario en Ciudad Universitaria, pero por la misma razón durante mucho tiempo se mantuvieron como una actividad propia de los circuitos universitarios, sobre todo en la UNAM y sus inolvidables maratones en sus diversas facultades, principalmente la Facultad de Ciencias.



Afortunadamente en los últimos años hemos visto un aceptable resurgimiento que ha repercutido en otras áreas, haciendo que los cine clubes se vuelvan una nueva forma de convivir alrededor de una excéntrica selección de películas (sólo recuerden los maratones en el Galerón de Pánico de Masas y ahora en Noctambulante). Precisamente de eso se trata el Foro Iberoamericano de Cine Clubes Comunitarios, que del 1º al 3 de junio abrirá un espacio de diálogo y propuestas en las instalaciones del Museo de Arte Carrillo Gil.

La segunda edición del foro ésta vez incluirá “la relación de los cineclubes y los movimientos estéticos en Iberoamérica, que se han acompañado y retroalimentado a lo largo de su historia; las dinámicas de la mirada y sus prácticas en torno a los derechos a la cultura, la educación y la identidad”, pero sobre todo se tratará de darles su importancia como espacios de gestión cultural, generadores de conciencia social y de formación audiovisual y estética que a la larga logran formar mentes.

El Foro Iberoamericano de Cine Clubes Comunitarios tendrá múltiples actividades entre conferencias, mesas redondas y películas, todas son gratuitas y abiertas a todo público, pero antes de hacer cualquier cosa les recomendamos registrarse. Para los que no viven en la Ciudad de México y les interesan los cine clubes, los organizadores del foro prometen un streaming en tiempo real a través de la página de Distrital, no se lo pierdan.

 

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