Reconoces a los dinosaurios de la industria de la música cuando se niegan a buscar nuevas formas de promover y en cambio encuentran nuevas maneras de bloquear la difusión de la misma. A medida que la grabación y difusión de la música se vuelven más y más democráticas, con zonas de orden y otras de saturación, algunos piensan que es el peor momento para ser creador, porque se trata de un oficio inestable, incierto, y de alto riesgo, sin embargo otros pensamos que es uno de los mejores momentos para descubrir con o sin copyright de por medio.

No siempre cuando despiertas el dinosaurio sigue ahí, prueba de ello es que de las bandas y las disqueras independientes siguen surgiendo estrategias para motivar el escuchar música y, más importante, preservarla para futuras generaciones antes de que desaparezca en la vorágine de la interminable oferta.

La más reciente de esas ideas llega de Merge Records, que si bien no es una de las más famosas ni de las que tiene mayores ventas, sí es uno de los sellos más importantes y con mejor reputación en las últimas décadas. Desde su fundación en 1989, Merge ha pasado por época buenas, malas y extraordinarias, acogiendo bandas como Arcade Fire, Conor Oberst, M. Ward, She & Him, Caribou, Destroyer, The Magnetic Fields, Neutral Milk Hotel y Spoon.



El sello siempre ha estado con unos pocos actos dentro de la vanguardia, de ahí su reputación, es por eso que en el 2013 donarán toda su colección a la Universidad de Carolina del Norte, permitiendo el acceso de todo su catálogo a los estudiantes para que puedan utilizarlo de manera legal. En total son más de 160 mil discos, vinilos, cassettes, documentales, libros, fotografías, mercancía de colección, manuscritos, autógrafos, instrumentos musicales, archivos de investigación y un largo etcétera que enloquece melómanos.

Tower Records

Casi al mismo tiempo, tan sólo para demostrar que algunos dinosaurios evolucionan, el fundador de Tower Records, Russell Solomon, informó que a pesar de que su franquicia se declaró en bancarrota en el 2006 y algunas tiendas siguen activas en el mundo en manos de otros empresarios (una de ellas en el norte de la Ciudad de México), espera volver a la música ya no a través de la venta, sino el regalo.

Aunque Solomon abrió su tienda R5 Records poco tiempo después de la quiebra y volvió a salirse de la cadena en el 2010, el empresario espera embarcarse nuevamente en el negocio de la música, ésta vez de mano del Center for Sacramento History y el Tower Records Project, que dará continuidad a sus esfuerzos iniciados en el 2009 cuando donó más de 200 cajas de historia relacionada con la cadena de tiendas, incluyendo su clásico arte de portadas gigantescas, fotografías, memorabilia, premios, discos promocionales, correspondencia, muebles de oficina e incluso los letreros de neón rojo que las distinguían.

Los objetos, por supuesto, no van a manos de coleccionistas privados, pasan al dominio público, tal como ocurrió anteriormente con la colección de John Peel en The Space y sucede en la actualidad en México con el Proyecto Colector. La música, como muchas otras formas de arte, están volviendo a nuestras manos, lamentablemente son pocos los que le devuelven a la sociedad a través del copyright, copyleft o licencias Creative Commons, sin embargo aún así no perdemos la esperanza de que cuando despertemos los dinosaurios verdaderamente no estén ahí o al menos tengan una apariencia acorde a la actualidad, donde comprendan que compartir y dar no son ideas socialistas o utópicas o una afrenta a los derechos de la obra de los creadores, sino una forma natural de hacer crecer a la sociedad.

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