México Mutilado

Por Enrique Dorantes

«El agradecimiento por la patria es proporcional a lo que ella nos ha dado en materia de bienestar, y me temo que por el aspecto de esos infelices, descalzos, muy poco habrán recibido de su país, si no es que se los han quitado, y por lo mismo, pocas fuerzas, energía y orgullo tendrán para defenderlo» México Mutilado.
A escasos días de la celebración patriótica cuyo tamaño será directamente proporcional a la hipocresía con que medios informativos, ciudadanos y clase política mexicana esbozarán una sonrisa, que no es otra cosa que la apología de la autocomplasencia; solamente equiparable al onanismo en un convento religioso en el que el padre ha sido capado o inutilizado virilmente.
Esto es lo que se viene para septiembre. 200 Años de «independencia», conmemoración que se desbordará entre tequila, cerveza y mezcal, de una tribu que asoleada por la inseguridad, ineptitud y secuestro de sus mismas autoridades se esconde bajo la sombra del árbol de la mediocridad y la ceguera.
Uno de los textos que aguarán las próximas fiestas patrias, es sin duda, el escrito por Francisco Martín Moreno (México D.F. 1946), México Mutilado, la raza maldita (Alfaguara, 2004); narración con tintes de crónica literaria sobre los acontecimientos que marcaron una postura de México con respecto al Imperio yanqui, y que acaecieron entre 1840 y 1850.
Documentos hay de sobra, pero el más importante se llama Tratado de Guadalupe-Hidalgo, que entre sus líneas expresa el fin de la guerra entre México y Estados Unidos, y determina que el primero ceda al segundo una buena parte de su territorio, entre ellos California, Nevada, Utah y Texas. Establece, además, que la frontera entre ambos la marque el caudal del Río Bravo.
Moreno, destaca durante el texto la personalidad del mayor traidor que ha conocido la historia del 200 años maltratado México, y se refiere, por supuesto, a la Iglesia Católica, que en conjunción con un nada confiable Antonio López de Santa Anna y un muy ambicioso gobierno estadounidense comandados por la doctrina Monroe y el Presidente Polk, quien en su papel de Jefe de Estado de la Unión Americana tendrá que justificar una guerra a un país al que se invade, se mutila y en el que se mata por fortalecer a la naciente potencia norteamericana. Suena conocido ¿no?
Es un México amputado en vísperas de engañarse aún más a sí mismo. México Mutilado habla de esa separación que la historia oficial no destaca muy a menudo pero que es imprescindible para conocer el origen de ésta memoria colectiva tan acostumbrada a no quererse mirar en el espejo, que eleva una plegaria y espera respuesta de los cielos, mientras acá en la tierra siguen saqueando. Y van a volver a saquear.
Una invitación para que el 16 de septiembre próximo, esas triadas de Viva México que resuenan entre ráfagas de metralla del ejército y narco, vayan acompañadas de algo más importante, que es cultura, conocimiento y noción; momento de poner en la balanza lo que se ganó y lo que se perdió en doscientos años de independencia viciada.
México Mutilado
Francisco Martín Moreno
Alfaguara
México,2004
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