Efecto Vudú, editada por Ediciones B (México, 2017) es el más reciente trabajo del escritor michoacano Édgar Omar Avilés. Se trata de una novela inscrita en el género de la literatura de la imaginación que propone mundos fantásticos y realidades alternas.

A diferencia de otras novelas que se apropian la etiqueta de «novela fantástica», el libro de Avilés realmente hace valer su condición, proponiendo un eje narrativo que combina el folklore, la espiritualidad y el poder de la invención humana como una forma de alcanzar una de las grandes obsesiones del ser humano: engañar a la muerte.

 

 



La historia comienza en Haiti, una nación terriblemente estigmatizada por la práctica común del vudú. El planteamiento de la novela parte con el personaje de Madame Garcell, una hechicera haitina, que al descubrir la infidelidad de su pareja, decide vengarse empleando la magia negra para convertir a su amante en un zombie sin alma. La mujer comienza a fraguar su venganza, mezclando brebajes en un caldero e invocando ritos y maldiciones, pero con tan mala suerte que justo en el momento de lanzar la poción sobre su victima, el hombre logra escapar y es su pequeño hijo Ychi quien cae fulminado por la brujería.

Destrozada por la muerte accidental de su pequeño hijo, la desdichada hechicera invoca a la magia negra para traerlo de vuelta, pero su regreso se produce como un monstruoso zombie. A partir de este momento, Madame Garcell agota todo los recursos de la hechicería, recurriendo al rito máximo: el tablero cósmico, el orden planetario máximo, que al ser alterado, va desencaenando una serie de incidentes que afectarán para siempre el destino del mundo.

En este momento comenzamos a conocer las otras vidas de Ychi, escenarios de realidades alternas en tiempos pasados y futuros, donde nuestro personaje, en sus múltiples encarnaciones, juega un papel determinante en el curso de la humanidad. La consecuencia más grave del cambio de piezas en el tablero cósmico da origen a un futuro utópico en el que las almas de los humanos progresivamente van mutando hasta dar forma a una civilización celestial. Las almas, al desprenderse del cuerpo humano se elevan al cielo y dan forman en las alturas una nueva civilización, en la que encarnan cuerpos fabricados de papel.

 

 

Desde el primer momento, la novela de Édgar Omar Avilés presenta un mundo fantástico, distinto al nuestro, pero gobernado por su propia lógica. Si uno se aventura en su lectura encontrará sorpresas en cada página. Las viñetas, al inicio de cada capítulo presentan una serie individual de minificciones asombrosas, pero relacionadas entre sí como las múltiples reencarnaciones de Ychi, vidas sucesivas que lo mismo pueden aparecer en personas, que en animales o conceptos inmateriales como una canción o el humo de un cigarro.

Pero no sólo se trata de una puerta de acceso a la posibilidad de otras vida después de la muerte, sino al planteamiento de que la otra vida no necesariamente es la transmutación del alma en el plano físico. También se explora la posibilidad de vidas paralelas, o vidas que no necesariamente aparecen en nuestra misma línea temporal.

 

 

Efecto Vudú es un libro que, al igual que grandes obras como «Rayuela» de Julio Cortázar, puede abrirse de forma aleatoria en cualquier capítulo y descubrir una historia extraordinaria, pero que también exige leerse de forma lineal para descubrir una historia asombrosa.

«Mi pivote es la realidad, a partir de ahí experimento las posibilidades fantásticas de todo tipo de mundos imaginarios, pero siempre regreso a al realidad» dice Avilés sobre la fabricación de los mundos imaginarios que coinciden en Efecto Vudú.

 

 

Con libros como «La noches es luz de un sol negro» (2007), «Cabalgata en duermevela» (2011), «No respiramos: Inflamos fantasmas» (2014) y «Efecto Vudú» (2017) el joven escritor, nacido en 1980 se une a un selecto grupo de autores mexicanos como José Luis Zárate y Alberto Chimal, -éste último, maestro de Avilés- que han sido traducidos a varios idiomas y son reconocidos como verdaderas autoridades del género de la imaginación.

«A los extranjeros se les da la oportunidad de imaginar ¿Por qué a México no? Nuestro país también tiene derecho a imaginar. En muchos sentidos somos de tercer mundo, pero no es el caso de la literatura de la imaginación, ahí sí que somos de primer mundo« señala categórico el michoacano.

Efecto Vudú es una invitación a imaginar, pero también un recordatorio de que habitamos un planeta que exige tener una mente muy amplia. Donde las leyendas, el folklore y la espiritualidad son un recordatorio de que existen mundos inexplicables, realidades paralelas, que cuestionan nuestra racionalidad.

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