«Conocer nuevas culturas, no sólo es enriquecedor, es además necesario», afirma el periodista David Bizarro del diario español El País en su nota, que destaca la edición del libro Rokku: una historia del Rock Japonés (Quarentena, 2011) del escritor Jaime Moreno, primer material de su tipo disponible en castellano.

Como bien apunta Bizarro, el libro ofrece un recuento de las diferentes influencias y reacciones de las tendencias musicales en la cultura oriental: «No se trata pues de un análisis erudito ni excesivamente pormenorizado, sino del mejor acercamiento posible  para adentrarse en los apasionantes márgenes de la música nipona» señala el periodista.

El material resulta muy útil para entender la evolución de la música rock japonesa y sus diferentes aproximaciones a géneros como el pop, el punk, el noise y hasta el indie.

Al finalizar la II Guerra Mundial, el pueblo japonés, al igual que la mayoría de las culturas industrializadas, comienza a abrirse a las tendencias musicales provenientes de  los soldados norteamericanos que ocuparon la isla nipona. Al igual que ocurriría en la Alemania ocupada, los jóvenes nipones fueron seducidos por un mundo musical nuevo, proveniente del  jazz, el blues y el rock. Tras una durísima posguerra, los hogares japoneses se familiarizan con los modelos occidentales, gracias a la radio, el cine y la televisión.



Jaime Moreno señala en su libro como los japoneses:  «se ven inmersos en una espiral de “consumo, ruído, velocidad, tecnología: los ingredientes de la modernidad, los mismos del rock’n’roll”. Elvis Presley y Billy Halley dan forma a  la icónica figura del idoru,  respuesta nipona al rebelde sin causa norteamericano.

En el japón de los sesenta, como en el resto del mundo, los grupos  británicos imponen el patrón a seguir en términos musicales: The Animals, The Rolling Stones, The Who, The Kinks inspiran a bandas japonesas como: The CatnabeatsThe Wild Ones, The Spiders, The Golden Cups.

El libro explora también el impacto de la música pop en la década de los setenta, con clásicos como  Yellow Yellow de J-Girls. En contraste, los movimientos estudiantiles que criticaron la estrecha colaboración entre el gobierno japonés y los Estados Unidos en la Guerra de Corea produce un brote de bandas underground caracterizados por los pesados riffs progresivos de bandas como Flowers Travellin’ Band, Speed, Glue & Shinki y Flied Egg con marcada influencia de bandas como  Cream, The Stooges y Black Sabbath.

Moreno recupera en su libro anécdotas interesantes de la escena japonesa practicamente desconocidas. Esta por ejemplo, el episodio de 1970, que involucró a Moriaki Wakabayashi, bajista del grupo contestatario Les Rallizes Denudés  que según Moreno: » secuestró un avión a punta de katana junto a un grupo de camaradas del Ejército Rojo. Exigieron que el aparato tomase rumbo a Cuba, pero al tratarse de un vuelo interno la escasez de combustible les obligó a aterrizar en Corea del Norte».

El libro también destaca el impacto del fenómeno indie japonés con grupos de impacto mundial como Pizzicato Five y Corneliusverdaderos estandartes del revival como Guitar Wolf, y con bandas de  rock alternativo como X-JapanSuper Junky Monkey y The Pillows.

Sin duda, se trata de un material excepcional que esperamos tener la posibilidad de adquirir en México a través de alguna de las muchas editoriales hispanas que practicamente dominan el mercado mexicano. Ojalá que alguno de esos sellos apueste por este excepcional trabajo de Jaime Moreno.

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