Live Forever es una breve mirada a los elementos que permitieron que el britpop fuera un movimiento fundamental en los 90s, pero también es un registro de un género impactado por un partido político, la esperanza repercutiendo en todos los ámbitos, bandas seducidas por la guerra de tabloides, el mercadeo de lo absurdo, la música, las canciones, la moda y la inocencia perdida en un periodo de optimismo.
Live Forever plantea que el caldo de la creatividad y la desesperación política fueron los detonadores de todo el movimiento. A finales de los 80s las revueltas sociales, la introducción del éxtasis en la escena de clubes y los Stone Roses llevaron al país al borde de ese detonador. El director John Dower logra detonar la nostalgia que viene implícita desde el título de la película, encuentra el lugar para las posturas antiamericanas y el rechazo por el movimiento grunge que no los representaba, aborda las canciones que aparentemente definieron el britpop en un filme claramente diseñado para confrontar a las estrellas de ese movimiento, quienes se ven obligados a revivir buenos y malos momentos en cool Britannia.