Por David Ovando/@davidovando23

 

Actualmente la música española tiene un boom y un bloom. Es decir, una exposición de música muy exponencial acompañada de un florecimiento que quizás no se veía desde los gloriosos 80’s, década en que los ibéricos se convirtieron en  una fuente de importación de grupos muy valorados. Solo es cuestión de voltear a ver al chico de al lado para que nos cuente cual de los grupos españoles en la actualidad es el que le agrada.

Napoleón Solo, Dolores, Los Punsetes y Pegasvs están llenando el hueco que durante algunos años provocó la ausencia de bandas que nos ofrecieran esa sustancia que recorre nuestros sentidos, rebasando nuestra capacidad de comprensión y que nos conduce al éxtasis en base a la estructuración de notas con melodía.



 

Tan diverso el Kraut que al parecer hoy vive.

A pesar de no ser totalmente españoles (pues residen en Barcelona desde hace ya algunos años) Pegasvs ha causado un gran pasmo luego de la edición de su primer LP, se trata de un álbum homónimo que a la mayoría nos parecería que fundamenta su sonido en el Krautrock, aunque ellos hablen de que en su manufactura hay influencias mucho más diversas. Tal vez tengan toda la razón si tomamos como punto de referencia que el Krautrock tuvo su base musical en muchísimas corrientes, tantas que nos costaría mucho trabajo comprenderlas. Desde la experimentación de King Tubby hasta los sonidos indelebles de The Velvet Underground.

Luciana Della Villa y Sergio Pérez se montaron en un Pegaso constelar para proponer un sonido retro pop visceral. Según  ellos, la fórmula musical de Pegasvs surgió durante un viaje, fue en dicha travesía en que escuchaban cosas tan diversas que decidieron llamar a sus sonido como ”La Melodía del Afilador”.

El diálogo que nos pone en la mesa Pegasvs es un viaje en una nave espacial a través de sonidos compuestos en su mayoría por mesas de mezclas y magnetófonos, que sin duda nos pasearan al lado de universos cual Startrek. Un sonido que proviene del espacio con tonos desquiciados en algunas ocasiones.

 

9 de 9

9 es el número que conforma esta placa, nueve despegues no muy diferentes que nos hacen reconocer un disco muy concreto y objetivo en su sonido retro-espacial, pero que no está peleado con la libre interpretación de cada uno de nosotros al momento de escucharlo. Tal vez por eso valga la pena poner atención a las letras, pues aprovechando que son pocas, ponen a trabajar nuestros sentidos para que seamos nosotros quienes construyamos el dialogo de cada rola. He ahí el encanto y la importancia del homónimo de Pegasvs.

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