Desde hace meses me he encontrado con la compañía, sin embargo no le había puesto atención, el track gratuito acaparaba mi mente, cada vez que pensaba los voy a investigar ya estaba enganchada como junkie con la nueva adquisición, dejaba de importarme el nombre de quien estaba detrás de la recopilación de datos y la ardua campaña de atraernos con canciones acompañadas por esa bonita palabra: GRATIS.
La idea de Topspin Media volvió a encontrarme a través de songkick.com, una compañía que ofrece enviarte información de conciertos gracias a una liga con last.fm. La invitación fue sumamente tentadora, pero se reveló aún más interesante cuando ingresé al servicio a través de mi cuenta de Facebook. En tres segundos la compañía escaneó cada uno de mis comentarios y estados para saber que música escuchaba, con sólo esa información y sin haber ingresado todavía ningún dato, Songkick me brindó una cartelera personalizada que si fuera algo paranoica me hubiera espantado, pero al contrario, me reveló una vez más las ideas de predicción y tendencias que se están realizando con toda la información que ingresamos en nuestras redes sociales.
El significado de “creemos que esto podría gustarte” adquiere tantas dimensiones, ni que decir del inofensivo botón que dice “Me Gusta”, sorprende que digamos “si, me gusta” sin preguntar más. Esa es toda una conversación, los Monstruos de los Datos, el análisis de como los consumidores acceden a algo — legalmente y de otras formas — y porqué entender factores como la demografía de las redes sociales, la migración digital y las tendencias peer-to-peer son cruciales para abordar los desafíos persistentes en muchas industrias. No es necesario abarcar tanto, sólo necesitamos de la industria discográfica para ver las ideas que se pueden extraer de la comprensión de esos datos, brindando predicciones de lo que es y no como algunos prefieren que sea.
En el mundo ideal, un músico debería concentrarse de tiempo completo en hacer música, sin embargo en el mundo real necesitan una tonelada de información acerca de cómo navegar en el paisaje creativo desafiante y potencialmente gratificante de hoy. Desde nuestra perspectiva el recibir canciones como dulces gratuitos es una maravilla, pero la mayoría de los grupos que han adoptado esa iniciativa responden a múltiples análisis para dirigir al consumidor a un posible impacto programado. Suena frío al calor de la música, pero ha sido necesario adoptar esos puntos de vista para sobrevivir y prosperar.
Aunque no lo crean los Monstruos de los Datos nos beneficiarán, porque gracias a esas investigaciones e inagotables búsquedas en nuestras redes sociales, el brindarte la posibilidad de compartir widgets, convertir links en elementos virales y decir “Si, Me Gusta” nos acerca más a una banda.
Las noticias, los avisos y la música no se pierden en la distribución, te encuentran con más inteligencia que otras épocas, creando una dinámica única entre músicos y fanáticos que los medios tradicionales difícilmente entienden, porque no es lo mismo que leas algo en un sitio a que el grupo te mande un correo electrónico y te informe sobre un nuevo download, te pregunte que canciones quieres escuchar en el siguiente concierto y hasta te de las gracias por haber asistido. Sabemos que no escriben ellos el correo, que cada palabra proviene de compañías como Bandcamp y Topspin, sin embargo sabemos que cada mensaje responde a tu interés en la banda y al interés del grupo en sus seguidores.
Muchas bandas no saben como hacerlo, pero entienden que deben hacerlo, por eso dejan ese trabajo en manos de Bandcamp, Songkick, Topspin y otras compañías similares de guerrilla musical, que claramente comprenden conceptos muy simples para atraer a los fanáticos a la música y a los conciertos, pero también saben que no se trata nada más de darle a los fans algunos sencillos o hacernos junkies del track gratuito. El trabajo de Topspin Media, por ejemplo, ayuda a incrementar la venta directa de productos combinados que incluyen un álbum digital o físico junto con otros regalos que van desde camisetas a libros y vinilos a una variedad de precios, incluso recientemente empezaron a vender boletos para conciertos eliminando a Ticketmaster y sus cobros extras de la ecuación.
Todo lo han arreglado a través de PDFs, múltiples correos electrónicos y el uso exhaustivo de bases de datos para darte exactamente lo que quieres, incluso antes de que sepas que lo quieres. Predican el evangelio de impulsar al artista, olvidan los datos de Soundscan y lo que dice la vieja escuela de la industria se debe hacer. Creen en cosas simples: Encuentra a tus fans. Comprométete. Comunica. Escucha. Ofrece calidad y valor a precios que tengan sentido.
Muchos artistas no quieren escucharlo, pero las únicas personas que dan forma al modo en que la música se consume y se trata son los fans. El artista y el músico no puede dar forma al modo en que los consumidores escuchan, compran o sienten la música. Las nuevas reglas son simples, pero los que no perciben y entienden cual es su audiencia, donde se mueve y como se comunica están destinados a tocar en salones vacíos, tan simple como eso.
No se ustedes, pero a mi “Si, Me Gusta”.
La idea de Topspin Media volvió a encontrarme a través de songkick.com, una compañía que ofrece enviarte información de conciertos gracias a una liga con last.fm. La invitación fue sumamente tentadora, pero se reveló aún más interesante cuando ingresé al servicio a través de mi cuenta de Facebook. En tres segundos la compañía escaneó cada uno de mis comentarios y estados para saber que música escuchaba, con sólo esa información y sin haber ingresado todavía ningún dato, Songkick me brindó una cartelera personalizada que si fuera algo paranoica me hubiera espantado, pero al contrario, me reveló una vez más las ideas de predicción y tendencias que se están realizando con toda la información que ingresamos en nuestras redes sociales.
El significado de “creemos que esto podría gustarte” adquiere tantas dimensiones, ni que decir del inofensivo botón que dice “Me Gusta”, sorprende que digamos “si, me gusta” sin preguntar más. Esa es toda una conversación, los Monstruos de los Datos, el análisis de como los consumidores acceden a algo — legalmente y de otras formas — y porqué entender factores como la demografía de las redes sociales, la migración digital y las tendencias peer-to-peer son cruciales para abordar los desafíos persistentes en muchas industrias. No es necesario abarcar tanto, sólo necesitamos de la industria discográfica para ver las ideas que se pueden extraer de la comprensión de esos datos, brindando predicciones de lo que es y no como algunos prefieren que sea.
En el mundo ideal, un músico debería concentrarse de tiempo completo en hacer música, sin embargo en el mundo real necesitan una tonelada de información acerca de cómo navegar en el paisaje creativo desafiante y potencialmente gratificante de hoy. Desde nuestra perspectiva el recibir canciones como dulces gratuitos es una maravilla, pero la mayoría de los grupos que han adoptado esa iniciativa responden a múltiples análisis para dirigir al consumidor a un posible impacto programado. Suena frío al calor de la música, pero ha sido necesario adoptar esos puntos de vista para sobrevivir y prosperar.
Aunque no lo crean los Monstruos de los Datos nos beneficiarán, porque gracias a esas investigaciones e inagotables búsquedas en nuestras redes sociales, el brindarte la posibilidad de compartir widgets, convertir links en elementos virales y decir “Si, Me Gusta” nos acerca más a una banda.
Las noticias, los avisos y la música no se pierden en la distribución, te encuentran con más inteligencia que otras épocas, creando una dinámica única entre músicos y fanáticos que los medios tradicionales difícilmente entienden, porque no es lo mismo que leas algo en un sitio a que el grupo te mande un correo electrónico y te informe sobre un nuevo download, te pregunte que canciones quieres escuchar en el siguiente concierto y hasta te de las gracias por haber asistido. Sabemos que no escriben ellos el correo, que cada palabra proviene de compañías como Bandcamp y Topspin, sin embargo sabemos que cada mensaje responde a tu interés en la banda y al interés del grupo en sus seguidores.
Muchas bandas no saben como hacerlo, pero entienden que deben hacerlo, por eso dejan ese trabajo en manos de Bandcamp, Songkick, Topspin y otras compañías similares de guerrilla musical, que claramente comprenden conceptos muy simples para atraer a los fanáticos a la música y a los conciertos, pero también saben que no se trata nada más de darle a los fans algunos sencillos o hacernos junkies del track gratuito. El trabajo de Topspin Media, por ejemplo, ayuda a incrementar la venta directa de productos combinados que incluyen un álbum digital o físico junto con otros regalos que van desde camisetas a libros y vinilos a una variedad de precios, incluso recientemente empezaron a vender boletos para conciertos eliminando a Ticketmaster y sus cobros extras de la ecuación.
Todo lo han arreglado a través de PDFs, múltiples correos electrónicos y el uso exhaustivo de bases de datos para darte exactamente lo que quieres, incluso antes de que sepas que lo quieres. Predican el evangelio de impulsar al artista, olvidan los datos de Soundscan y lo que dice la vieja escuela de la industria se debe hacer. Creen en cosas simples: Encuentra a tus fans. Comprométete. Comunica. Escucha. Ofrece calidad y valor a precios que tengan sentido.
Muchos artistas no quieren escucharlo, pero las únicas personas que dan forma al modo en que la música se consume y se trata son los fans. El artista y el músico no puede dar forma al modo en que los consumidores escuchan, compran o sienten la música. Las nuevas reglas son simples, pero los que no perciben y entienden cual es su audiencia, donde se mueve y como se comunica están destinados a tocar en salones vacíos, tan simple como eso.
No se ustedes, pero a mi “Si, Me Gusta”.