Por: Marianna Stephania / @geminiac
Mientras mira a sus galgas correr por el bosque, el narrador de El hombre dinero (Sexto Piso, 2013) comienza a recordar distintos momentos de su vida, la cual se ha visto marcada por haber nacido con un extraño síndrome. El lector se encuentra ante un libro peculiar, como todos los de Bellatin, es un mundo habitado por seres tristes y problemas diversos. Desde la madre abusada en el trabajo, hasta la pobreza y obsesión del padre con el dinero. El personaje principal tiene consciencia de haber vivido una infancia distinta a las otras, no sólo por el síndrome que lo hace distinto, sino por los difíciles episodios de asma que sufre.
Mientras leía estos fragmentos, podía sentir esa misma falta de aire que experimenta el narrador. Su única manera de aliviarse era a través del spray, pero cuando la madre se niega a dárselo, sólo queda una alternativa: Escribir. Escribir como una manera de recuperar el aliento, de ser capaz de poder respirar. Es esta una de las reflexiones más interesantes de este libro, la manera en que se reflexiona la escritura, no sólo en su relación con la infancia y la memoria, sino como una práctica que va más allá de la vida: “Ya contaba con la medicina para evitar la muerte por enfermedad, la escritura para la muerte simbólica.”
Uno de los aspectos que más se mencionó de El hombre dinero, es que fue un libro escrito por completo en un iPhone, así se muestra al final del libro, ya que después de las 127 páginas que lo conforman, aparece la leyenda: “Enviado desde mi iPhone”. ¿Cómo se modifica la escritura al haber sido realizada en este medio? En la primera parte me pareció evidente, la historia se cuenta mediante fragmentos, a veces ni siquiera párrafos, sino líneas que hablan de ciertos pasajes en la vida del narrador.
Los fragmentos también reflexionan sobre lo que es la escritura y la infancia. “Escritura: Me parece terrible que no haya una forma de expresar al monstruo, la escritura propia.” “Infancia: No de un verde claro sino oscuro, a la manera de los estanques en los que crecen renacuajos o aquellas plantas de agua que casi siempre adoptan formas misteriosas.” Bellatin habla de la necesidad de escribir, la literatura es, una vez más, un paliativo para la miseria.
Junto a estos recuerdos también se encuentran referencias al Libro uruguayo de los muertos, se confunde la escritura del personaje con la autobiográfica, nace la pregunta ¿Quién nos habla del otro lado del libro? El escritor también es una ficción. El narrador nos confiesa la necesidad de marcar su presencia en el mundo y El hombre dinero es el resultado de esa necesidad de persistir a través de las palabras.
A veces pienso en el papel que tiene el espacio vacío en el texto, Bellatin construye sus historias a partir de ese espacio. Lo importante no es lo que dice, sino lo que rodea su obra. Los fragmentos sólo son notas y queda al lector reconstruir parte de ese mundo. Como menciona el personaje: “Escritura: Cuando era niño leía ciertos textos imaginando el tiempo que me tomaría leer los espacios vacíos.”
El Hombre Dinero
Mario Bellatin
Sexto Piso, 2014