«Si no vas a ser testigo, no mereces tener voz» es la primer cosa que se escucha en Ruina (2017), quinto disco de la banda barcelonesa Lullavy. Una demoledora declaración de principios para la que no hace falta decir nada más, frase incisiva y ardiente que incita a la reflexión y muestra el camino de un material lleno de riffs furiosos y letras inteligentes.
En un mundillo en el que el común denominador es facturar canciones vanales que apelan a mirar a otro lado y hacer música para que «la gente se olvide de sus problemas», los barceloneses apuestan por enfrentar los demonios que aquejan a su generación. Y lo hacen con fuerza, enfado y riffs demoledores.
La soledad, la falsa autorealización y el desencanto parecen ser la inspiración de los temas firmados por Saúl Ibáñez (voz, guitarra), Guillem Bonet (bajo) y Ernest Gómez (batería). La agrupación formada en Sevilla en 2010, pero radicada en Barcelona entiende que la música es mucho más que entretenimiento y que el lenguaje sirve para narrar, y no para hacer coros pegajosos.
Por ejemplo, en «Intruso», una leta que da cuenta del desencanto de entender que la vida siempre se complican con la edad.
Equivocamos al pensar
que se acabaría el miedo
al llegar a nuestra edad.
Pensamos que cabría todo
entre el descanso y el dinero,
pero calculamos mal.
Aunque la mayoría de sus canciones apelan a sentimientos comunes en cualquier lugar del mundo, en temas como «Lluvia» parece colarse el contexto geográfico de la banda y lo que pasa en su natal España, país del que miles de jóvenes están huyendo en busca de mejores oportunidades.
Algún día te diré
cómo he llegado hasta aquí,
cuando deje de caer
aquella lluvia en mi país.
Este es el mismo rito que
nos enseñaron al nacer:
solo hay que quedarse ahí,
solo hay que decir que sí.
Musicalmente, Lullavy suena a un post-harcore al estilo Fugazi que por momentos recuerda el sonido Portland de bandas como Brian Jonestown Massacre o Black Rebel Motorcycle Club. Aquí suscribimos lo que los españoles acotan en su presskit: «Lullavy no intenta hacer una música fácil y grata apta para todos los oídos sino más bien de hacer una reflexión sensorial, llena de distorsión y desgarro, donde uno tiene que dejarse llevar para entender el todo como conjunto indivisible».
A lo largo de los 9 cortes que integran Ruina, disco que se puede escuchar en su Bandcamp oficial, el trio demuestra que tiene una voz propia y que no duda en usar para narrar sus ficciones profundamente impregnadas de realidad.
A lo largo de los 9 cortes que integran Ruina, disco que se puede escuchar en su Bandcamp oficial, el trio demuestra que tiene una voz propia y que no duda en usar para narrar sus ficciones profundamente impreganadas de realidad. Lullavy es una de esas bandas auténticas, que emocionan por su sonido y convencen por sus letras. Una de esas voces, que como decimos en esta revista: hacen ruido y tienen resonancia