Es muy cierto que este tema ya se ha tocado en dos ocasiones en la sección de Sonidos Marginales. Sin embargo no deja de ser relevante mencionarlo y seguramente será de interés para quienes quieran abrazar como profesión este antiguo arte que sigue ejerciendo un gran poder en el espíritu humano.
En muchos casos, la persona que quiere dedicarse a la música desea vivir de la música al nivel que lo hacen sus ídolos. Antes de que me brinquen a golpes reflexionen un momento y acepten que es verdad: ¿Quien no quisiera vivir en una mansión, viajar en jet privado y que su apellido fuera tan ilustre como Jagger, McCartney, Springsteen, Jackson, etc? Esto es un sueño adolescente muy pero muy popular.
lamentablemente, una gran realidad asoma su rostro: Las posibilidades de vivir como los arriba mencionados son infinitesimales. Ese tipo de artistas son producto de un contexto histórico-social en la música que ocurrió de los 50 hasta inicios de los 90, difícilmente tendremos hoy artistas pop-rock cuyos resultados de fama y fortuna lleguen a esos niveles.
Otro punto más, en nuestro país las celebridades de la música no son ni tan ricos ni tan famosos en comparación. Tal vez exista por ahí un Luis Miguel que pudiera ser la excepeción pero por lo general los artistas mexicanos, no viven muy por encima de las clases medias. Algunos de ellos incluso, se vuelven promotores de otros artistas, organizan eventos o tienen negocios en ámbitos no-musicales para poder complementar sus ingresos.
Esto no quiere decir que yo apoye la falacia de «Como músico vas a morir de hambre» porque tampoco es cierto existen alternativas de negocio para los músicos que poco tienen que ver con el cliché del Rock-Star. Voy a mencionar algunas de las que conozco.
- Formar parte de algún ensamble musical patrocinado por instituciones como escuelas, casas de cultura, ayuntamientos, etc. Aquí hay lugar para bandas de alientos, por supuesto grupos folklóricos -recordemos que aquí no sólo están los marichis, caben los huapangueros, tríos norteños, tríos veracruzanos y otros más-.
- Impartir cursos de música. Esto va desde hacerlo del modo tradicional como profesor en isntituciones educativas en todos los niveles (kinder hasta profesional) o el esquema muchas veces más eficiente de maestro particular de instrumento. Muchos grandes instrumentistas en nuestro país aprendieron con maestros particulares no estudiaron en conservatorios o universidades, ejemplo: El chelista Carlos Prieto es Ingeniero de profesión.
- Tocar en centros de reunión social como bares y restaurantes. Esto es muy amplio, es recomendable buscar aquellos donde el público asiste realmente a escuchar al artista.
- Hacerse músico de acompañamiento en otros ensambles (no necesariamente de artsitas famosos). Esta opción tiene la ventaja de que se recibe un pago sin preocuparse por organizar el evento o subarrendar equipo de audio ni buscar foros. La desventaja, no necesariamente se interpreta música del agrado del ejecutante.
Ahora bien, en la práctica cuál de éstas opciones toman los colegas filarmónicos. Básicamente todas, a veces se quedan en una por periodos de meses o años o en ocasiones van combinando. ¿Cuál es la ventaja? Que se está dedicado a la música. Si no es cuando estás parado en el escenario, estás frente a alumnos charlando sobre música. Cuando no es así, estás apoyando a otro artista que a su vez se está expresando. O simplemente puedes hacer análisis teóricos sobre música que sirvan para enriquecer el acervo de conocimientos en el arte.
Pero a fin de cuentas, no estás alejado de la profesión. Esto es lo importante y lo noble del oficio del músico hay un abanico de posibilidades.
Creo que esta colaboración es de mucha ayuda para los músicos que, al igual que en muchas profesiones creativas y artísticas, enfrentan un duro golpe de realidad entre lo que quieres hacer y lo que necesitas hacer para continuar con tus proyectos personales.
Es bueno encontrar resonancia de esas inquietudes en voces más experimentadas que nos demuestran que siempre es posible hacer lo que a uno le gusta sin sacrificar dignidad o libertad creativa. Saludos!