En el marco de la Feria Internacional del Palacio de Minería, el escritor mexicano Xavier Velasco presentó la tarde del 6 de Marzo su nueva novela ante un nutrido público integrado en su mayoría por jóvenes.
A pesar de las múltiples asociaciones que se pueden encontrar en el título de «Puedo explicarlo todo» (Alfaguara, 2010), lo que es preciso reconocer en la obra de Velasco es el perfeccionamiento de su narrativa y su desición por colocar los reflectores sobre los demonios que todo mundo prefiere ocultar en las penumbras del corazón.
“Esta es la historia de unos personajes desesperados por escapar de su pasado, pero no tienen ningún lugar a dónde ir, por lo tanto terminan en ese pasado del cual querían escapar: no tienen destino y, en ese sentido, lo trágico de la historia es que van hacia su destrucción y no pueden hacer otra cosa, porque no conocen otro camino que el del matadero.”
Fiel a su extrovertida personalidad, alejada de los reflectores y los lugares comunes, Xavier Velasco convocó a más de un centenar de ávidos lectores a la Feria Internacional del Palacio de Minería a la presentación de un libro que consumió más de 5 años de su vida, y con el que busca exorcizar a ese viejo fantasma llamado «Diablo Guardián».
Para sorpresa de los asistentes, la presentación de Xavier Velasco prescindió de mesa y moderadores. Fue Velasco en persona, quien luego de caminar entre el público y hablar a través de un micrófono inalámbrico, introdujo a quien le ayudaría a presentar su libro: el doctor Enedino Godínez, un títere con el que comenzaron los problemas:
Velasco: “Vino usted a presentar la novela”.
Godínez: “¿Cuál novela? Ni la he leído. Oiga, ¿ya la estoy presentando y ahora quiere que la lea?”
V: “Pero usted me dijo que era crítico literario”.
G: “No, soy policía. Soy policía y luego crítico literario, es lo mismo” […]
El títere-doctor-policía-crítico- metió en problemas a Velasco, quien terminó «explicando todo» lo referente a su nuevo libro para después ir a firmar ejemplares por varias horas a los cientos de lectores que esperaron pacientes obtener la rúbrica de uno de los escritores más iconoclastas de la literatura mexicana cuyo ejemplo, como el mismo lo dice, no es precisamente muy recomendable.:
“Echar la vida a perder y hacer todo lo que no puedes hacer tiene una recompensa, boletos que te cuesta muy caro pagar, pero es lo que a uno le gusta hacer. Nadie se recluye y se aísla porque quiera ser más sociable: a veces obedece a un instinto oscuro que te habita por ahí, a un demonio interno que te dice ‘anda malógrate, prueba lo que no deberías probar’. Mis personajes lo primero que hacen es correr a patadas a Pepe Grillo.”