El Best Seller, dice Rosa Montero, ya no es sólo un libro que vende una determinada cantidad de ejemplares, ahora es también un género marcado por ciertas características, que son más físicas que relacionadas con la trama del mismo.

Más de 300 páginas porque el lector de Best Seller requiere saber que su dinero se puede traducir en número de páginas, que no siempre ni en la mayoría de los casos en calidad literaria; capítulos cortos, que no molesten al perfil de lector de ocasión que está más acostumbrado al ejercicio de la letra vía twitter que por El Quijote; y suspenso que lo mantenga en la línea, porque perder el interés en un capítulo es, probablemente, el abandono definitivo del libro.

Bajo estas señales que ha proporcionado acertadamente Montero, podemos estar seguros de que El Monstruo de Florencia es uno de los grandes Best Sellers (Random House Mondadori, 2011) que se han escrito en lo que va del siglo.

En éste, el escritor Douglas Preston se involucra en la investigación del periodista italiano Mario Spezi, quien durante la década de los 70 y 80 dio seguimiento al asesino serial más famoso (si es que han habido varios) de la historia italiana moderna.



El Monstruo de Florencia es como se le conoce popularmente a aquel criminal de cuya identidad nunca se han tenido mayores indicios que los que han proporcionado las fallidas investigaciones policiacas, y que acumuló 14 cadáveres en esa zona de la Toscana.

La redacción resulta muy pulcra durante los 60 capítulos del texto y mantiene al lector en un suspenso desgastante durante más de dos terceras partes. Los capítulos finales muestran la debacle de la historia, pero aún así despiertan el interés y la zozobra.

El libro termina siendo una venganza de Spezi y Preston hacia los encargados legales del caso del Monstruo, por lo que se pierde la intención principal que es la de descubrir al culpable de los crímenes, aunque sí, hay que reconocer que los argumentos que llegan a presentar ambos es suficiente para imaginar y estar de acuerdo con ellos, sobre quién es el responsable.

La justicia italiana queda muy mal parada, al grado de poder ser comparada en muchas ocasiones con la mexicana. Y asalta constantemente la pregunta a la cabeza del lector, ¿realmente la sociedad mundial actual está lista para conocer la justicia? ¿Seremos todos seres injustos por naturaleza y nos dejamos llevar por nuestras ilusiones o fantasías, así estén éstas muy lejos de lo real?

Es un texto bien logrado sobre el caso del Monstruo, en el que, por cierto, se inspiraron muchas de las características del legendario Hannibal Lecter.

Aunque, después de las 350 páginas el lector puede percibir un cierto fracaso, uno muy grande. Pero es probable que los finales felices no sean parte del mundo de la legalidad.

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