Hay una cita de Benjamín Franklin que me gusta mucho y dice: «Cuando veas destruida la obra de toda tu vida y sin decir una sola palabra comienzas a levantarla piedra por piedra, entonces serás un hombre».

Creo que es un sabio consejo porque algo que inexorablemente tendremos  en la vida son tropezones. La música no escapa a esta realidad y si miramos con detalle las carreras de destacados intérpretes  y compositores veremos que parte de su grandeza se debe a esa re-invención que constantemente han buscado.

Ejemplos hay muchísimos, desde Bach hasta los Beatles, pasando por los que seguido menciono en las líneas de Sonidos Marginales: Zeppelin, Pink Floyd, Queen, Yes, Michael Jackson. Etc.

Y menciono a éstos porque fueron altamente comerciales, muchas veces se cae en el error de decir: «Si estás vendiendo bien, no cambies la fórmula».

Este concepto es veneno para la creatividad y la innovación, nuevamente puede ser aplicado a música o a otros ámbitos. Estamos hablando de música así que voy a ejemplificar tres bandas mexicanas sumamente comerciales que a lo largo de los años me dan más hueva que levantarme a las 6:00 diariamente.



Los tres desafortunados en el ámbito de la re invencion son: Caifanes, Maná y El Tri.

Caifanes quizás en menor medida debido a que su período de éxito fue breve, hablemos aproximadamente del 92 al 97. Años anteriores no se les escuchaba masivamente. Hay ligeros destellos de modificar su estilo, de entrada su segundo álbum se olvida un poco de los teclados heredados del New Wave ochentero y comienza a dar un papel preponderante a instrumentos acústicos. En términos musicales su segundo álbum hace evidente la inquietud de la banda por incorporar elementos de folklore latinoamericano. De ahí logran un hermoso tercer álbum «El Silencio» producido por Adrian Belew y se consolidan comercialmente con «El Nervio del Volcán». De ahí todo fue cuesta abajo.

Maná, el segundo lugar en masacrar sus composiciones, quizás hasta conscientemente. Luego de una larga carrera como Sombrero Verde. Fehr se convence de la necesidad de crear un nuevo concepto musical que le permita un mayor éxito a nivel comercial. Hasta aquí todo bien, en este punto tienen un primer lanzamiento discográfico de mediano éxito que les permite grabar un segundo álbum «Falta Amor» que les genera considerable presencia en radio. De ahí sacan «Dónde jugarán los Niños» comercialmente un madrazo. De los discos más vendidos en los 90 internacionalmente, no sólo en México. De ahí hubo sofisticación en la instrumentación y arreglos de sus discos posteriores pero ya no hubo una clara evolución. Triste ejemplo de una banda que cuando económicamente tiene resuelto el problema, en lugar de buscar ser audaces en sus posteriores álbumes deciden aceptar su zona de confort  y no mover demasiado sus aguas creativas.

El último ejemplo es El Tri. Quizás Lora tiene el valor de mentarles la madre a los gobernantes en turno durante sus conciertos pero le ha faltado valor para buscar cambios en su música. De ser una banda pionera en el blues en los 70. Cantando incluso en inglés para dejarle purismo al género. Deciden nacionalizar su trabajo y hacer letras en español hablando de temas que sirvieran de sólido punto de identificación con su público. Excelente idea, sin duda la mayor contribución de El Tri fue volver al Rock un género musical nacional. El problema es que con el paso del tiempo no ha buscado propuestas distintas en su lenguaje musical. Está claro que en la posición comercial que tiene, lo más probable es que Lora siga dando más de lo mismo.

He ahí tres ejemplos conocidísimos, que fueron creativos en su momento y se estancaron en una zona de confort. Ahora me ha faltado hablar de un elemento clave que tampoco favorece la re invención: El público. De esto hablaremos en mi próxima colaboración.

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