La incorporación de las lenguas de los pueblos originarios en la música contemporánea no es nueva y de hecho, ha desatado un debate moderado en cuanto a los alcances e importancia de esta vertiente cultural como una forma de preservación lingüística.
Mientras para algunos periodistas especializados, el asunto no va más allá de una mera curiosidad de novedad pasajera, para otros la importancia de estas expresiones musicales van más allá de la difusión cultural de los idiomas regionales ya que aportan una musicalidad distinta a la música que regularmente escuchamos.
Berri Txarrak es una banda Metal Rock de origen vasco con 20 años de trayectoria en escenarios españoles, su música se caracteriza por incluir letras interpretadas en la lengua euskera. Aunque su propuesta definitivamente revalora y difunde alrededor del mundo sus raíces culturales, su sonido no tiene nada que pedirle a cualquiera de las bandas consagradas de metal internacional.
En la peculiaridad de su fórmula, Gorka Urbizu (Guitarra y voz) David González (Bajo) y Galder Izagirre (Batería) apelan a la espiritualidad del espectador. Para celebrar dos décadas de carrera, la banda imprimió un disco triple que contiene un total de 20 nuevas canciones titulado DENBORA DA POLIGRAFO BAKARRA («El tiempo es el único polígrafo”). Se trata de un nuevo material con 20 canciones trabajadas a la par de tres productores: Ross Robinson, Ricky Falkner y Bill Stevenson que aportan 3 formas distintas de entender el rock.
El disco placado en 2014 embarcó a la banda en una extensa gira internacional que afortunadamente le ofrecerá al público mexicano la oportunidad de presenciar en vivo el poder de Berri Txarrak en una serie de conciertos que incluyen un show en el mítico escenario del Foro Alicia el próximo jueves 26 de Marzo a las 7:30 dentro del cartel titulado Euzkerra en Tenochtitlán.
Ojalá la larga trayectoria de grupos como Berri Txarrak y su importancia como divulgador de las lenguas originarias haga eco del valor cultural de estas corrientes musicales en nuestro país, donde todavía se mira por debajo del hombro a las maravillosas lenguas nativas de México.


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