«Somos Marineros, la vida es como el mar, entre tormentas y naufragios se aprende a navegar». El último verso que se escucha en el disco debut del dueto integrado por las chilenas Soledad Puentes y Constanza Espina sintetiza el concepto de su propuesta musical. Canciones que a través de metáforas alusivas a la vida en altamar simbolizan la travesía de toda persona en busca del amor y de su propia identidad en un mundo al que, al igual que al mar, hay que tenerle respeto y un poco de miedo.
Varios medios de España, Chile y México perfilan la música de las chilenas como una de las propuestas más prometedoras de la música pop latinoméricana. Y la verdad es que son comentarios completamente fundamentados. Su disco debut «O Marineros» es un trabajo redondo en el que destacan joyas con potencial de clásicos, como la entrañable historia de amor juvenil en el sencillo «Espero», o las poderosas piezas pop «El lado oscuro de tu corazón» y «Cae la noche». Sin miedo a la exageración, su ópera prima recuerda en su estructura y en su alma, al pop más fino de Fleetwood Mac.
Después de tanto escuchar y leer acerca de ellas, me cuesta un poco de trabajo romper el aura que impone una estrella al encontrarlas platicando, de la forma más casual, en una minúscula tienda de discos independiente de la colonia Roma en la Ciudad de México. En un par de años, las chilenas podrían unirse a la realeza de artistas totalmente inaccesibles, como sus paisanas Javiera Mena o Francisa Valenzuela, pero hoy están en La Roma Records, a punto de ejecutar una de las acciones más elementales de la autogestión musical: Un showcase y una firma de discos.
Soledad y Constanza son la clara muestra de que polos opuestos se atraen. Mientras Cons atiende a los asistentes y platica animadamente, Soledad protege su espacio vital y se retrae en un rincón de la tienda. Es una nublada tarde de julio en la Ciudad de México, la clase de días que hacen pensar dos veces antes de salir de casa, es por eso que el show se retrasa más de una hora para suerte de sus fans despistados y desgracia de quienes llegamos puntuales. Pero ya se sabe, el rock no se caracteriza por su formalidad.
«¿Quieres una cerveza?» me dice Cons mientras me ofrece una helada Goose Island IPA que saca de un pequeño frigobar. No lo pienso dos veces y acepto la botella que me invita, proponiendo acompañar los sorbos del fermentado con una pequeña charla.
Enciendo la grabadora y Soledad escucha mi pregunta con una sonrisa traviesa que le ilumina el rostro, como adelantando su siguiente movimiento antes de terminar de escucharme: «Llevamos cuatro meses aquí. No venimos en búsqueda de sellos, porque todo lo hacemos nosotras mismas a través de nuestro sello Barquito/demony. Estamos aquí porque México es una gran plataforma para lanzarnos al hemisferio norte, aquí todo está más al alcance. En Chile movernos es muy caro, es por eso que México es un puerto muy importante para nosotras, una gran base para llegar a muchos otros lados».
Más que cantar, Soledad conversa con ritmo. Una voz que parece fluir mejor a través de su guitarra cuando habla de su vocación musical: «La música es muy importante para mi, en mi nació desde muy pequeña un vínculo con mi instrumento y con las melodías. Al menos para mi, la música es mi mejor forma de comunicarme, incluso mejor que cuando hablo».
Foto: Camila Valdés
Por su parte, Constanza opina que más que cantante es una poeta en potencia: «Tampoco descarto hacer pintura, ya he hecho algunos de los artes de los discos y algún día me gustaría escribir un libro de poesía o alguna novela. Yo creo que la música de Marineros son en realidad poemas con una música preciosa, que es la manera en que Soledad amplifica sus sentimientos a través de su guitarra. No descartamos ningún tipo de arte, nos consideramos mujeres renacentistas».
¿Y en dónde nacen sus canciones y los temas de sus historias? Soledad señala que: «La inspiración está en la naturaleza, la complejidad del ser humano, los libros y los viajes, en esta gira Torbellino por ejemplo, en la que han pasado infinidad de cosas que muy probablemente servirán para hacer canciones nuevas apenas regresemos a Chile.»
Marineros son un par de mujeres que sin asumir ninguna etiqueta, ponen el ejemplo para demostrar que las cosas que valen la pena se hacen, porque al concretarse los resultados hablan por si solos: «Yo creo que la inclusión siempre es buena. Está de moda hablar del empoderamiento femenino y el feminismo. Es raro hablar de ese tema, porque para mi nunca ha sido un problema ser mujer para hacer lo que yo quiero» señala Cons con una sonrisa en los labios.
Marineros son la cara alegre de Chile. La que convierte tormentos existenciales en deliciosas melodías pop, la que sin necesidad del maquillaje de grandes productores deslumbra por su frescura y un sonido que apuesta por la mezcla de géneros y bases electrónicas. Soledad y Constanza son el vivo ejemplo de las mujeres que reconocen su valor y lo usan para navegar con viento a favor.
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